Aumentan las llamadas por casos de depresión e impotencia de familias en crisis a Teléfono de la Esperanza en Valladolid

Un hombre llama al Teléfono de la Esperanza.
EP
Actualizado: sábado, 21 agosto 2010 14:20

La organización celebra encuentros en la sede para ayuda de personas introvertidas e integración de inmigrantes

VALLADOLID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -

La depresión y la impotencia de personas que han quedado sin empleo son en el último año la causa de muchas de las 4.500 llamadas que atienden los voluntarios del Teléfono de la Esperanza en Valladolid (983.30.70.77), un servicio de ayuda psicológica para todo aquel que lo necesite que cuenta además con asesoría jurídica, religiosa, orientación familiar y atención al inmigrante así como cursos de ayuda y formación.

A menudo, aunque quienes recurren a él saben que los voluntarios no pueden resolver sus problemas, encuentran en ellos la confianza para aliviar la impotencia de no poder compartir su situación y sentimientos con un familiar, un amigo o un vecino.

En los últimos meses, muchos de esos sentimientos se derivan de la actual recesión económica y la consecuente inestabilidad que genera en las familias, según señala una de las voluntarias de esta organización no gubernametal, Carmina Gil Sanz.

"Es real que este año a consecuencia de la crisis nos encontramos con casos de impotencia de gente que ha quedado sin trabajo", asegura Gil Sanz, quien precisó que la tónica general es atender a personas --"más mujeres que hombres"-- que buscan simplemente "hablar con alguien".

Precisamente, esta voluntaria del Teléfono desde la fundación del mismo en 1991 apunta a la soledad como el motivo principal de las llamadas ya sea en época de crisis o de bonanza, un sentir que se produce en la mayoría de las ocasiones por timidez o introversión.

"Hay soledad, bastante, a veces impuesta por la muerte de un marido, pero otras se debe a que hay mucha gente introvertida, que tiene personas alrededor pero que se siente sola, ésa es la soledad más difícil de encajar", relata.

Según indica, a pesar de vivir en el siglo de la comunicación y de la facilidad para relacionarse a través de Internet, existe "falta de entendimiento" en las familias y a menudo aparecen conflictos a la hora de tomar decisiones conjuntas. "Todo depende del uso que se dé a las tecnologías pero ahora las familias tienen una televisión en cada habitación, los niños se pasan el día con los cascos o las consolas y ya no se reúnen todos a ver el telediario", lamenta.

En estos casos de soledad, Gil Sanz indica que los voluntarios intentan hacer ver al usuario que "siempre hay una salida o un amigo con quien sacar la timidez" para que éste "rompa la vía que está taponada". Y, si quien recurre al Teléfono de la Esperanza se muestra reticente a hablar por vergüenza, algo que ocurre especialmente a los hombres, se recuerda que se trata de un servicio anónimo.

CURSOS Y TERAPIAS DE CONVIVENCIA

El Teléfono de la Esperanza, en el que trabaja anualmente una media de 60 voluntarios, se inauguró el 27 de abril de 1991 en Valladolid, aunque en Castilla y León cuenta con sede en Salamanca y León así como con un grupo de trabajo en Palencia. En el último año el número de llamadas se redujo el uno por ciento, aunque cada año recibe una media de 4.500.

Este año, la organización se afana en potenciar el programa 'Entre Amigos', un grupo que se reúne en la sede (ubicada en San Fernando, 7) cada 15 días y dirigido precisamente a personas introvertidas, así como en el impulso de reuniones interculturales destinadas a aquellos inmigrantes con problemas de integración.

Además, a partir de octubre ofrecerá un paquete de cursos sobre comunicación, labor preventiva y autoestima y desarrollo personal y a principios de año comenzará un ciclo dirigido a padres y educadores. Durante todo el año, por otra parte, organiza el Programa de Agentes de Ayuda para la formación de futuros voluntarios.

En total, cada año un centenar de personas participa en estas jornadas impartidas por los propios voluntarios, que suelen ser psicólogos profesionales y personal especializado.

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