El bailaor Rafael Amargo pone en escena este domingo 'Dionisio. La Vid y mil Noches', en el Carrión de Valladolid

El bailaor Rafael Amargo pone en escena este domingo 'Dionisio. La Vid y mil Noches', en el Carrión de Valladolid
TEATRO CARRIÓN. - Archivo
Publicado: lunes, 20 mayo 2019 11:44

Se trata de un espectáculo de danza y texto en el que el bailaor encarna al dios de la fertilidad

VALLADOLID, 20 May. (EUROPA PRESS) -

El bailaor Rafael Amargo pondrá en escena el próximo domingo en el Teatro Carrión de Valladolid el espectáculo 'Dionisio. La Vid y mil Noches'.

El dios de la fertilidad y el vino es un "ser mágico, complejo, manipulador, emocionante y uno de los más grandes de la mitología griega", ha señalado en un comunicado Amargo, que se siente próximo al personaje y ha querido dar su propia versión del mito.

El bailarín y coreógrafo une el flamenco con la danza clásica y contemporánea en este espectáculo que ha creado junto a Ramón Oller y del que es director y protagonista.

La dramaturgia es de Rafael Moraira, la música del compositor Jesús Durán y el vestuario de Pilar Dalba.

SINOPSIS

De todos los inmortales que integraban el convencional panteón helénico, es con mucho el que ha gozado de más larga vida; su presencia está ya atestiguada en los primeros documentos escritos en lengua griega (las tablillas micénicas de hace más de tres mil años) y perdura hasta nuestros días en la filosofía de Nietzsche (El nacimiento de la
tragedia), la novela de Thomas Mann (Muerte en Venecia), la película de Visconti (Teoreme) o la novela de Vargas Llosa (Lituma en los Andes).

Dionisio nos concede a los humanos la felicidad suprema de la bacanal que nos conduce "a poner las almas en común". Dionisio, chorrea sobre la tierra vino y abre a los humanos su paraíso salvaje, la alteridad, lo que está prohibido.

Se da a todos (mujeres y hombres); es el dios a la vez transgresor, pero también la llama viva que busca la paz. Es un dios errante que navega sin rumbo, generador de danzas frenéticas, pero también es el perseguido, el sufriente y el moribundo, y todos los que le acompañan y son rozados por su amor deben compartir con él su ¿trágico? sino.

Dionisio ha celebrado su último renacimiento, generando utopías que oscilan entre la sabiduría trágica y el nihilismo narcótico, pero siempre renace con eros en forma de luz.