VALLADOLID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Llegado el mes de mayo, el mes de las flores, es obligado visitar la capital burgalesa, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, por muchos motivos que van más allá de su variada gastronomía, sus excelentes vinos, su imponente catedral o su rico patrimonio.
Burgos será del 18 al 20 de mayo un inmenso jardín multicolor al aire libre durante la celebración de una nueva edición de la Fiesta de las Flores, que en esta ocasión estará dedicada a la multitud de estilos musicales que existe.
Quince monumentos florales llenarán los espacios más emblemáticos de la ciudad y saldrán de las manos de expertos floristas procedentes de todo el país, de Italia y de Japón, y cada uno de ellos estará dedicado a un estilo musical. Así, en la Catedral, el monumento floral estará dedicado a la música clásica; el Arco de Santa María al heavy; la iglesia de las Salesas al blues y el Palacio de Capitanía al bolero.
La Asociación de Floristas y Jardineros de Burgos (Flojabur) es la encargada de organizar este visual y colorido certamen en el que, además, se implica a toda la ciudad para que adornen sus ventanas y balcones con flores.
Las plantas que se utilizarán para crear los monumentos florales serán replantadas posteriormente en los parques y jardines de la capital burgalesa.
Además, el ultimo fin de semana de mayo Burgos acogerá una vez más la 'Noche Blanca', una ocasión "única" para poder disfrutar del maridaje de creaciones y manifestaciones artísticas con los espacios e instituciones cuyo acceso está restringido a los ciudadanos, creaciones que además toman la calle y convierten a la capital burgalesa en un escenario al aire libre.
La Noche Blanca es una iniciativa cultural que nació en París en 2002 y que se ha extendido a otras grandes ciudades de todo el mundo. De hecho, Burgos fue junto a Madrid, de las primeras capitales españolas que apostaron por acercar las diferentes manifestaciones culturales a las calles, plazas, museos y teatros, que serán tomadas un ejercito de artistas.
EN JUNIO EL CURPILLOS
Y Burgos es.... además, el escenario donde cada año, en el mes de junio, se celebra una fiesta que es única en España y en el Mundo que hunde sus raíces en la victoria de las huestes cristianas sobre los musulmanes en la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212, y que se celebra el viernes posterior al Corpus Christi.
La 'Fiesta del Curpillos' está vinculada al Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, que fundó Alfonso VIII y la reina Leonor, desde donde parte una procesión en la que participan las máximas autoridades militares, religiosas y civiles.
Desde 1331 esta fiesta, declarada de Interés Turístico Regional, no ha dejado de celebrarse y en ella el Santísimo Sacramento es portado bajo palio mientras que la máxima autoridad militar porta el Pendón de las Navas de Tolosa (una réplica ya que el original se conserva en el Moasterio de las Huelgas de Burgos).
Cuenta la historia que este pendón es un adorno que se encontraba en la puerta de acceso del súltán Muhammad al Nsir, conocido como 'Miramamolín', y que Alfonso VIII se llevó como trofeo por la victoria de la batalla de Las Navas de Tolosa.
El colorido a este desfile de tropas y autoridades lo ponen los gigantones, gigantillos, danzanes y tetiones que ataviados con indumentaria típicamente burgalesa bailan al son de la música, para concluir con una romería en el Parral, donde se pueden degustar los productos típicos de Burgos como la morcilla o el chorizo.
La gastronomía, los vinos, su patrimonio cultural y artístico, una fiesta única en el mundo, un ejercito de artistas llenando las calles y los espacios de la ciudad y unos monumentos florales únicos hacen de Burgos parada obligada en primavera.
