Los confiteros de Valladolid esperan compensar el "batacazo" inicial de la venta navideña en la semana de Nochebuena

Un joven mira los dulces navideños en el escaparate de una confitería de Vallado
EP
Actualizado: domingo, 19 diciembre 2010 12:41

Prevén un comportamiento similar al del año pasado, cuando cayó entre un 15 y un 20 por ciento

VALLADOLID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los confiteros de Valladolid confían en que las ventas de turrones y dulces navideños en la semana previa a la Nochebuena compensen el "batacazo" sufrido en el inicio de la campaña de Navidad, que comenzó en el mes de noviembre y registró una "mala" acogida en los primeros días de diciembre "por el trasvase de clientes" a las grandes superficies que abrieron durante el Puente de la Constitución.

Este año auguran que la venta sufrirá el mismo descenso de entre el 15 y el 20 por ciento que experimentó el año pasado con respecto a 2008, según señaló el presidente de la Asociación Provincial de Confiteros de Valladolid, Javier del Caño, quien achacó esta caída no sólo a la crisis sino además a la competencia de los grandes supermercados.

Del Caño expresó que, mientras que las pastelerías artesanales han tenido que subir un uno por ciento el precio de sus dulces por el aumento en el valor de la almendra, los centros comerciales ofrecen turrones y mazapanes elaborados en verano con el fruto seco del año anterior, lo que les permite ofrecer productos "más económicos".

"La diferencia está en el coste de la materia prima, la almendra, la base principal", insiste el presidente, quien advierte de que aquellos consumidores que acuden a los supermercados a comprar estos dulces aprovechan para adquirir también otros productos que en las pastelerías resultan igualmente asequibles. Es el caso del polvorón, con un coste de entre 9 y 19 euros el kilogramo en las confiterías, similar al de las grandes superficies.

Los confiteros reconocen que lo que no se ha vendido antes no se recupera aunque prevén que las ventas tomarán impulso en los días anteriores a Nochebuena. Los resultados en los últimos años revelan que el 70 por ciento de la compra de dulces se hace en la semana previa al 24.

"La crisis hace que los consumidores no compren hasta el último momento, es algo psicológico, tienen miedo a adelantar dinero o a tener el producto en casa", apuntó Del Caño.

Según señaló, se detecta la misma conducta que en la crisis de los 90. Entonces, como dijo, tampoco existía un motivo racional que explicase tanta restricción en la compra. "Hay una especie de contagio, quizás es la psicosis o la solidaridad, parece que da vergüenza que te vean con grandes compras", apostilló.

Ante este proceder, los pasteleros vallisoletanos han buscado múltiples fórmulas para incentivar la venta, como envases más pequeños o la última estrategia de ofrecer bandejas asequibles con confituras variadas. "Ahora el turrón en barra se trabaja más y el bloque se hace simplemente para decorar porque la gente nos pide trozos finísimos", expresa.

Del Caño destaca, por otra parte, que en las últimas campañas se está notando una preventa importante en la víspera de Nochebuena. Según cuenta, mucha gente opta por reservar los productos y dejarlo en la pastelería hasta el último momento "para no comérselo".

EL ROSCÓN, EL 40% DE LA VENTA DE NAVIDAD

Frente al descenso en el despacho de mazapán y turrón, la venta de roscones se mantiene de manera "excepcional". "Aún no nos han desbancado en eso", se alegra el presidente de los confiteros, quien atribuye este logro al hecho de que el bollo es un producto fresco, cuya compra no se suele anticipar, así como a la tradición de adquirirlo en la pastelería.

La venta de roscón supone entre el 30 y el 40 por ciento del total en la campaña navideña de las confiterías vallisoletanas. Este año su precio se mantendrá sin variación con respecto a años anteriores, ya que la cantidad de almendra que lleva es mínima y el IVA no ha repercutido en la harina, como señala Del Caño.

Así, la rosca de 250 gramos --para cuatro o cinco raciones--, la más popular, costará alrededor de seis euros, siempre y cuando no lleve ningún tipo de relleno.