PONFERRADA (LEON), 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las dos centrales térmicas de la comarca leonesa del Bierzo, la de Compostilla (Endesa) y la de Anllares (Fenosa), consumieron a lo largo del ejercicio de 2006 más de 3 millones de toneladas de carbón nacional.
En concreto y según los datos oficiales dados a conocer hoy, la central de Compostilla II, ubicada en Cubillos del Sil, quemó 2,2 millones de toneladas de carbón berciano mientras que las importaciones de mineral en esta térmica quedaron limitadas a las 700.000 toneladas.
Por su parte, la térmica de Anllares consumió 850.000 toneladas de carbón nacional y 150.000 toneladas del de importación para alcanzar los 2.137 Gigawatios por hora de producción. En total, estas centrales produjeron el pasado ejercicio un total de 8.200 Gigawatios por hora, energía suficiente para abastecer durante un año a 2,5 millones de personas. En el caso de Compostilla y según explicó su director, Alfredo García, los niveles de producción se situaron el 10 por ciento por debajo de lo previsto. Sin embargo, en Anllares se cumplieron los presupuestos de funcionamiento.
En Compostilla la producción llegó a los 6.100 Gigawatios debido a la rebajas en la demanda del mercado y a causa de las paradas de revisiones técnicas de dos grupos térmicos. En este sentido, el director de la térmica recordó que en 2006 se paró 50 días el grupo 3 y durante una semana el grupo 5, lo que, unido a una menor demanda, es "lo que justifica los casi diez puntos de diferencia en la producción con relación al año anterior".
Por su parte, la térmica de Anllares consumió 850.000 toneladas de carbón nacional y 150.000 toneladas del de importación para alcanzar los 2.137 Gigawatios por hora de producción.
Para el presente año, la central de Compostilla, considerada como la segunda más grande de España, mantiene previsiones de consumo y producción muy similares a las de 2006. El hecho más destacable de este año va a ser la finalización de las plantas de desulfuración de carbón. Estos sistemas que aprovechan mejor los carbones de baja calidad por su alto contenido en azufres podrían entrar en funcionamiento a principios de 2008. La inversión global ascenderá a 130 millones de euros.
