La escritora y periodista Nerea Riesco presenta mañana en Valladolid su última obra 'El elefante de marfil'

Actualizado: jueves, 4 marzo 2010 10:27

VALLADOLID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

La escritora y periodista Nerea Riesco presenta mañana en Valladolid su última obra 'El elefante de marfil', que antes de publicarse en España ya vio la luz en países como Alemania, Italia, Grecia o Finlandia, según los datos facilitados a Europa Press por fuentes de la librería Oletum.

Nerea Riesco nació en Bilbao pero a muy temprana edad se trasladó a Valladolid, donde transcurrió su infancia y adolescencia. Con dieciocho años se instaló en Sevilla, ciudad en la que estudió periodismo, actividad que compagina con su trabajo en diferentes medios de comunicación.

En 2002, publicó su primer libro de relatos aunados, bajo el título 'La ladrona de almas'. En el año 2004, ganó el IX Premio Ateneo Joven de Novela de Sevilla con la obra 'El país de las mariposas', mientras que su siguiente novela, 'Ars Mágica', fue publicada en Grijalbo en el año 2007, y se ha traducido al alemán, italiano, ruso, portugués, polaco, rumano y holandés.

Ahora, la escritora regresa al primer plano de la narrativa actual con una historia "vibrante que emociona y conquista por la fuerza de su trama y de sus protagonistas, así como con la elegancia de su esmerado estilo". Se trata de una novela en la que se alternan amores e intrigas que constituyen un retrato fiel de las vilezas, pasiones y virtudes de la sociedad de la evocadora Sevilla de fines del siglo XVIII.

El terremoto de 1755 decidió el destino de doña Julia, la joven viuda de Haro, propietaria de la imprenta más renombrada de Sevilla. El día 1 de noviembre doña Julia se encontraba en la catedral cuando el piso y las paredes del templo se estremecieron. Sobrevivir a aquel desastre despertó en la joven viuda sus anhelos más íntimos y, horas más tarde, no dudó en entregarse al que sería el gran amor de su vida: León de Montenegro.

León, el nuevo empleado de la imprenta, era un misterioso joven que provenía de Malta donde fue educado por los Caballeros Hospitalarios. Había llegado a Sevilla con una compleja misión: encontrar las reglas del juego, un pacto que se firmó a mediados del siglo XIII entre Arafat, el último rey musulmán de Sevilla, y el infante castellano don Alfonso, futuro Alfonso X.