La FPH concluye que la basílica de Marialba de la Ribera (León) presenta un yacimiento de un kilómetro de largo

Actualizado: jueves, 5 agosto 2010 13:17

LEÓN, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Fundación del Patrimonio Histórico en Castilla y León cuenta ya con el informe arqueológico resultante de esta excavación en la basílica paleocristiana de Marialba de la Ribera, que aporta una gran cantidad de datos como que el yacimiento del monumento y de los edificios anejos alcanza una distancia de un kilómetro de longitud.

En sus más de 900 páginas, según han informado fuentes de la FPH, distribuidas en cinco volúmenes, se da cuenta de cada detalle sobre los sondeos practicados en un superficie cercana a los 2.000 metros cuadrados, con más de 5.800 registros específicos que describen todas las acciones en el yacimiento a lo largo del tiempo; los 237 enterramientos que han salido a la luz, con restos de 282 individuos; los más de 3.400 fragmentos de cerámica y cerca de 2.500 fragmentos no cerámicos que se han estudiado e inventariado.

La investigación promovida por la Fundación del Patrimonio pone de manifiesto que el edificio se construyó sobre un lugar sin ningún tipo de construcción o asentamiento previo y aislado, es decir que la basílica no formó parte de otro complejo, como una villa romana, tal como indicaban algunas hipótesis.

Los hallazgos arqueológicos actuales, han aseverado, "acrecientan el carácter monumental del edificio como una construcción muy ambiciosa, exenta, muy visible a una gran distancia y próxima a la vía romana que salía de Legio hacia Lancia y la meseta". La basílica se dotó con unos cimientos de dos metros de ancho, una amplitud "inusual que sólo tiene parangón en las grandes obras públicas del Alto Imperio".

Obras similares, han explicado, sólo se encuentran en murallas tardías, de finales del siglo III o inicios del siglo IV, en León, Astorga y otras ciudades del noroeste. De hecho, se han detectado indicios de paradas en la obra, por motivos desconocidos, la primera de ellas, tras la construcción de los cimientos.

El aspecto "más novedoso" de esta investigación es el estudio de la secuencia histórica de ocupaciones en un gran yacimiento arqueológico que revela una extensión "mucho mayor de la supuesta hasta hoy", hasta 750 o 1.000 metros hacia el norte del templo, según confirman también los vecinos de la zona al colocar sobre un mapa los hallazgos casuales de las últimas décadas.

INICIO EN EL SIGLO IV

En la zona excavada en esta campaña, los restos más antiguos corresponden al siglo IV y los más recientes al siglo XIII. Las investigaciones apuntan un uso religioso y funerario del edificio desde sus primeros momentos, dado que las primeras evidencias claras en la excavación de los estratos son dos sepulturas tardorromanas al suroeste de la basílica. Se trata de dos tumbas de tipología singular.

En cuanto a las áreas habitadas, la excavación ha dado con restos, no documentados en excavaciones previas, que indican que la zona aledaña a la basílica pudo estar habitada y cultivada desde la Alta Edad Media, bien como explotación agrícola bien como parte de una comunidad religiosa ligada a la basílica. Se han descubierto muros que pudieron formar parte de un asentamiento agrario anexo al templo, un pozo con brocal e, incluso un horno, quizá de uso metalúrgico dentro de lo que fue la basílica.

Los arqueólogos piensan que, en torno al siglo XIII, comienza a desmantelarse el complejo religioso, dado que han hallado materiales procedentes de la construcción en enterramientos de esta época, lo que indica que para entonces, al menos una parte de la basílica estaría arruinada, al igual que la instalación de ese pequeño horno en su interior.

La Fundación ha destacado además "un buen número de hoyos", entre los que los investigadores distinguen los profundos, destinados al abastecimiento de agua para la población, y los más superficiales, que pudieron servir para almacenar alimentos.

LADRILLOS Y TEJAS

En Marialba de la Ribera se reutilizaron piezas de construcción procedentes de algún asentamiento militar romano próximo, de entre los siglos I y III, aunque no pueden precisar su ubicación exacta. Los arqueólogos llegan a esta conclusión tras identificar fragmentos de tejas con sellos incompletos de la Legio VII.

Los ladrillos hallados en Marialba siguen los patrones de medidas romanas y también cabe intuir la existencia de un taller cercano, dado que en muchos de ellos se repiten las mismas inscripciones con trazos, aspas y letras.

Asimismo, han incidido en el hallazgo de más de 400 cuentas de vidrio enhebradas en collares en siete tumbas, todas ellas medievales y de niños. Esto podría revelar una costumbre funeraria, dado que los enterramientos medievales de adultos suelen estar limpios de adornos.

La excavación de la Fundación del Patrimonio Histórico tenía por objeto mejorar el conocimiento de este edificio que arranca en época tardorromana y revela información valiosa sobre el tránsito a la Edad Media, además de plantear soluciones para el proyecto global de adecuación para la visita del yacimiento, protección de sus restos y divulgación de su significado histórico.

En este estudio, la Fundación del Patrimonio Histórico ha contado con la colaboración del Ministerio de Fomento, a través del denominado '1% cultural'.