La 'Oración del Huerto' y el 'Silencio' protagonizarán hoy la jornada en Palencia

Actualizado: jueves, 9 abril 2009 8:31

PALENCIA, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

La 'Oración del Huerto' y el 'Silencio' serán hoy los protagonistas de la Semana Santa palentina en sendas procesiones organizadas por las cofradías de la Vera-Cruz y de Jesús Nazareno.

La procesión de la 'Oración del Huerto', que comienza a las 19.30 horas, tiene la particularidad de ser la única de la Semana Santa palentina sin interrupciones al no contar con ningún acto propiamente dicho, aunque es una de las más largas por la gran cantidad de pasos que desfilan, once en total.

En el desfile procesional, en la salida de los pasos, así como en el giro de los Cuatro Cantones, los cofrades que los portan realizan movimientos dirigidos al espectáculo, que provocan aplausos y rompen el carácter sobrio de la Semana Santa castellana.

Los pasos que desfilan son: El Lavatorio, obra de Melchor Gutiérrez y Víctor Ramses en 2002; La Sagrada Cena, también de Gutiérrez y Ramses en 2006; la Oración del Huerto, de 1672; Jesús Atado a la Columna, del siglo XVII; la Coronación de Espinas, del siglo XVII; Las Lágrimas de San Pedro, de 1918; el Santísimo Cristo del Otero de San Pablo, de la Escuela Palentina en el siglo XVII; el Yacente, del siglo XV; San Juan, de Melchor Gutiérrez en 2006; la Santa Vera-Cruz-Lignum Crucis, de Gregorio de la Portilla y Tomás de la Sierra en 1729, y Nuestra Señora de la Vera-Cruz, de Melchor Gutiérrez en 1997.

PROCESIÓN DEL SILENCIO

Por otro lado, a la una de la mañana partirá la procesión del 'Silencio y Penitencia', desde la capilla de Jesús Nazareno, en la plaza de San Pablo, con las luces de la calle apagadas y miles de velas portadas por el público participante.

En el más absoluto silencio, desfila la talla de Jesús Nazareno, de Tomás de la Sierra en 1717, precedida de un incensario llevado a hombros por cofrades descalzos.

En tres puntos del itinerario, frente al Palacio Episcopal, la puerta de San Antolín de la Catedral y en la Plaza de la Inmaculada, se escenifican tres caídas. Para ello, los cofrades que portan la talla en su parte delantera se agachan al escuchar el toque del tararú, simulando una genuflexión de la talla. Un nazareno, mientras tanto, lee una oración.