El traslado del claustro de la Catedral de Segovia, uno de los primeros realizados en España "piedra a piedra"

Claustro de la Catedral de Segovia.
Claustro de la Catedral de Segovia. - CATEDRAL DE SEGOVIA
Publicado: sábado, 22 febrero 2020 13:00

   VALLADOLID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El traslado del claustro de la Catedral de Segovia desde su antigua ubicación junto a la antigua catedral hasta su emplazamiento actual se considera uno de los primeros realizados en España "piedra a piedra" y "modelo" para la época debido a sus dimensiones y al valor arquitectónico del conjunto, según han revelado los responsables de la propia seo en un comunicado recogido por Europa Press.

   Se trata de uno de los más importantes realizados para su tiempo, que fue confiado por el Cabildo al maestro de cantería Juan Campero y se cerró definitivamente un 19 de julio de 1529 desde su inicio en 1524.

   La antigua catedral y su claustro --obra del bretón Juan Guas-- no sufrieron prácticamente modificaciones desde su construcción (entre los siglos XII y XIV) hasta que en 1520 comenzó la guerra de los comuneros, que acabó en 1523 con la antigua catedral en un estado "maltrecho".

   Carlos I de España y V de Alemania dio la orden de su derribo y la construcción de una nueva en el actual emplazamiento, no sin antes desmontar y trasladar su claustro para ubicarlo en la nueva catedral, dada su entonces reciente construcción apenas 40 años antes y su "perfecto estado de conservación", según ha explicado a Europa Press Ramiro Martín, uno de los guías del templo.

   Este trabajo fue designado por Juan Gil de Hontañón, maestro de la Catedral, y bajo el visto bueno del Cabildo, al cantero Juan Campero en junio de 1524, quien, a pesar de no ser un maestro de obras, demostró, según ha explicado Martín, su "destreza" a la hora de proyectar el desmontaje y traslado del claustro.

   "Hizo mucho más de lo que se esperaba de él", ha incidido el guía, y más teniendo en cuenta que, junto a los "riesgos" que implicaba la tarea, había que adaptar el claustro al nuevo terreno, donde, debido al desnivel, se elevó su cimentación, también para otorgarle "mayor esbeltez".

   Fue un traslado "muy meditado" por su dificultad y que responde a varias razones, que van desde su gran valor arquitectónico, la preferencia del momento por el estilo gótico de finales del siglo XV o el ahorro económico a la hora de trasladarlo. Pero destaca entre ellas que la claustrada sufrió escasos daños durante la contienda comunera.

   En el contrato, Campero se comprometía a desmontar, trasladar y volver a montar el claustro "de la misma manera que ahora está y del mismo ancho y alto" y costear la pérdida o rotura de alguna pieza. El Cabildo le dio un plazo de tres años para realizar el traslado, que comenzó en abril de 1525.

    El traslado del conjunto del claustro no sufrió interrupciones y avanzaba a buen ritmo en 1526. Además, en septiembre de ese mismo año se trasladó la portada sufragada por Isabel La Católica.

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