BARCELONA, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 58,3% de las 275.000 toneladas de astillas producidas en 2013 para biomasa se exportó a Italia y el resto se consumió en Catalunya, según los datos provisionales del Centro de la Propiedad Forestal, que dedican un reportaje monográfico a la capacidad de crecimiento de este sector en su revista del mes de marzo.
De hecho, la exportación de astillas se ha incrementado en los últimos años, en un contexto de aumento sostenido del precio del gasóleo para calderas y con la aprobación por parte del Govern de un plan específico para fomentar el aprovechamiento energético de la biomasa forestal.
El secretario general del Consorcio Forestal de Catalunya, Joan Rovira, ha recordado que la estrategia catalana pasa por aprovechar más de 600.000 toneladas en 2020 para producir energía --cinco veces más que el año pasado--, lo que reduciría las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
De hecho, y citando un estudio del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf), Rovira indica que solo con la movilización de la madera no comercial que sale de cortes selectivos, mantenimiento de bosques y prevención de incendios se podría movilizar hasta un millón de toneladas secas de biomasa al año.
Los expertos coinciden en la potencialidad de un sector que ha superado dos décadas de descenso de precios y pérdida de mercado, especialmente para el aprovechamiento térmico y de proximidad.
La revista 'Catalunya Forestal' apunta a que, con una caldera de biomasa de alta eficiencia para generar agua caliente, se genera un ahorro superior al 70%, ya que para generar el mismo resultado son necesarios 25.000 euros en astilla o 100.000 euros en gasóleo.
OFERTA HISTÓRICA DE MADERA
En paralelo, la Conselleria de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural de la Generalitat anunció hace dos semanas que la oferta de madera para extraer de los bosques públicos de Catalunya alcanzará este 2014 su máximo histórico, hasta los 138.300 metros cúbicos, un aumento considerable del 46% respecto al año anterior y muy por encima de todas las ofertas públicas puestas en marcha desde 1995.
A pesar de este aumento, la cifra está por debajo de los crecimientos anuales de los bosques, sobre una oferta relativa sobre todo a los bosques de pino del Pirineo, y que incluye también el aprovechamiento de 212.500 hectáreas para pastos, 145.500 para caza y 129 metros cúbicos de piñas.
