Josep Lluís Carod Rovira (ERC)
EP
Actualizado: jueves, 8 julio 2010 11:04

BARCELONA, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

El vicepresidente de la Generalitat de Catalunya, Josep Lluís Carod-Rovira, ha tildado de "ridícula" la polémica por la manifestación del 10 de julio en defensa del Estatut, y ha recordado que el "adversario" de los catalanes es el Tribunal Constitucional (TC).

En un artículo de su blog recogido por Europa Press, Carod afirma que el debate sobre la marcha es un "espectáculo decepcionante", y que los catalanes están haciendo el "ridículo más espantoso", por lo que en Madrid "se deben estar partiendo de risa".

En referencia al TC, insta a los catalanes a no "equivocarse de adversario" y a recordar que es el recorte del Estatut por parte del tribunal lo que motiva la protesta. A su parecer, es un "auténtico regalo" que el presidente de la Generalitat, José Montilla, acepte encabezar la marcha, puesto que no hay fuerza simbólica mayor que las autoridades desfilando detrás de la bandera catalana, un "icono histórico" prohibido durante años.

Subraya que el presidente debe abrir la marcha detrás de la bandera nacional, cosa compatible con que los ciudadanos lleven pancartas con el lema elegido, "que nadie puede pretender cambiar".

A su juicio, la pancarta debe ser en catalán y en inglés para que el mundo comprenda "qué son y qué quieren los catalanes", y los ciudadanos deben optar por la bandera catalana que deseen --la oficial o la 'estelada'--.

Acabará habiendo más banderas españolas por la España-Holanda del Mundial de fútbol del domingo, que catalanas por la manifestación del sábado, apuntó, por lo que instó a enarbolar una bandera catalana --la que cada persona elija--.

Asimismo, apostó por elegir un color que identifique la "revolución catalana" ante el mundo, e instó a los partidos a acordar un texto unitario con las convicciones básicas compartidas.

"¿Cómo queremos que Madrid nos tome en serio si no podemos ni decir cuatro cosas en las que estemos todos de acuerdo?", dijo el vicepresidente, e hizo un llamamiento para que el tacticismo de dirigentes políticos y cívicos no convierta la manifestación en la "segunda victoria" del TC.