BARCELONA, 23 May. (EUROPA PRESS) -
El vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, consideró hoy que es una "desconsideración absoluta hacia Catalunya" que ninguno de los presidentes de las autonomías gobernadas por el PP acuda mañana a la comparecencia del presidente catalán, José Montilla, en el Senado.
En una entrevista de Europa Press, consideró que los populares "no tienen suficiente en presentar el recurso contra el Estatut que además no se presentan" los presidentes de los gobiernos gallego, castellanoleonés, riojano, madrileño, valenciano y murciano, quienes envían a sus "segundos".
Al preguntársele sobre el hecho de que será la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, quien ejercerá de portavoz popular tras la intervención de Montilla en la comisión de autonomías del Senado, dijo: "No tiene ningún otro escenario de visualización, no es diputado, y si no habla allí, ya me dirán dónde habla".
"GRAVÍSIMO ERROR POLÍTICO"
Para Carod-Rovira, el PP cometió un "gravísimo error político" al presentar un recurso de inconstitucionalidad sobre el Estatut, porque puede producir los efectos contrarios a sus aspiraciones. Por ello, dijo que una sentencia negativa también podría implicar consecuencias positivas: el auge del independentismo y la final autodeterminación de Catalunya.
A su juicio, el cuestionamiento de la validez del Estatut aprobado en referéndum por los catalanes está implicando una modificación del debate político catalán. "Lo que está comportando es que cada vez más no esté entre federalismo y autonomismo, sino entre federalismo e independencia".
Si hay un recorte, sólo hay dos caminos: o una involución, que implique que el autogobierno catalán retroceda incluso a niveles anteriores a los que consiguió tras la Transición, o la secesión de Catalunya.
A juicio de Carod, los catalanes, independientemente de que sean de izquierdas o de derechas, o de que se sientan sólo catalanes o tan catalanes como españoles, están "cansados de gastar energías, tiempo y dinero en un diálogo con una España que no quiere escuchar nunca".
