Foto: EUROPA PRESS
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SITGES (BARCELONA), 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
Marc Carreté ha recalado este miércoles en el 47 Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya --patrocinado por Gas Natural Fenosa-- con su primera película.
Se trata de la producción catalana 'Asmodexia', con guión del subdirector del certamen, Mike Hostench, y con una aproximación "distinta" al género.
En una entrevista de Europa Press, Carreté ha explicado que la producción nace como la evolución natural después de sus dos cortos 'Mal Cuerpo' y 'Castidermia', y como consecuencia de "la firme voluntad de la ilusión de levantar una película".
Según ha relatado, su filme --que se estrenará el 14 de noviembre-- tiene una aproximación distinta a la habitual porque "huye del tópico del susto y de la liturgia de los rituales y la iconografía religiosa", para darle una subtrama más dramática más allá de la posesión a la que está acostumbrado el público del género.
"Le damos un tratamiento distinto al habitual con un final que da sentido a la historia y nos permite acabar la película bastante arriba", ha explicado Carreté, que ha inventado la palabra 'asmodexia' para la ocasión a partir de 'asmodeus' --el rey de los demonios-- y la terminología científica para las patologías '-xia'.
En la película, situada en los alrededores de una Barcelona asediada por lo diabólico, el pastor Eloy de Palma y su nieta Alba tienen la misión de ayudar a los poseídos por el mal, cuyas almas han sido infectadas.
BIPOLARIDAD ENTRE EL BIEN Y EL MAL
"Es una temática que me ha fascinado desde muy jovencito", ha añadido Carreté, interesado en reflexionar sobre la bipolaridad humana y su conflicto moral entre el bien y el mal, ya que esto le permite jugar con las emociones y al mismo tiempo hablar de religión.
"Dios perdona a los hombres sus errores y les ayuda a ser mejores personas, mientras que el diablo acepta a los hombres con sus virtudes y defectos", ha afirmado Carreté.
Interpretada por Luis Marco, Clàudia Pons e Irene Montalà, la película se ha localizado en Barcelona --donde toma especial significación la montaña del Tibidabo y su leyenda--, ya que para el director la ciudad condal es, además de su ciudad natal, una marca y un plató natural.
Con un capital de medio millón de euros, la película está totalmente financiada por parte de productores privados ajenos a la industria cinematográfica --procedentes de ámbitos como la metalurgia y las nuevas tecnologías--: "Aunque el presupuesto está por debajo de lo habitual, nos ha permitido producir de forma correcta".
