Cataluña pospone sus elecciones al 30 de mayo por la pandemia de coronavirus

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragons, firma el decreto que pospone las elecciones catalanas hasta el 30 de mayo.
El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragons, firma el decreto que pospone las elecciones catalanas hasta el 30 de mayo. - GENERALITAT

El Govern estará en funciones más de ocho meses y serán las quintas elecciones en 10 años

BARCELONA, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -

El vicepresidente en funciones de presidente de la Generalitat, Pere Aragons, ha firmado este viernes el decreto por el que el Govern pospone las elecciones catalanas del 14 de febrero y las convoca para el 30 de mayo.

La decisión se ha tomado en base a los datos epidemiológicos que, según el Ejecutivo catalán, desaconsejaban mantener la fecha electoral, aunque en los últimos días ha habido un cruce de acusaciones entre partidos que aseguraban que el aplazamiento responde a los resultados que arrojan las encuestas y no a los evolución del virus.

Estas elecciones son el resultado de la negativa de los partidos para investir a un presidente que sustituyera al inhabilitado Quim Torra, que cesó en el cargo a finales de septiembre de 2020, por lo que, con la decisión de postergar los comicios el Ejecutivo catalán estará en funciones más de ochos meses.

Se trata de las quintas elecciones catalanas en los últimos 10 años, ya que después de los comicios de 2010 el expresidente Artur Mas adelantó las elecciones en 2012; tras la consulta popular del 9N de 2014 volvió a adelantarlas en 2015 para presentarlas como un plebiscito de la independencia y tras el 1-O y la intervención del autogobierno catalán con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, el Gobierno de Mariano Rajoy convocó las de 2017.

La fecha inicial, el 14 de febrero, surgió, precisamente de esa falta de acuerdo: al no haber un candidato investido en los plazos que exige la Ley de Presidencia, se disolvieron las cortes de forma automática y las elecciones cayeron ese día de febrero.

Con la vista puesta en las cifras de contagio, el Govern ha venido tomando medidas para paliar el situación sanitaria, también durante las fiestas de Navidad, que ha permitido, pero con limitaciones.

Cabe destacar que durante esas fiestas, a finales de diciembre, los socialistas sorprendieron cambiando a su jefe de filas, Miquel Iceta, y presentando al ministro de Sanidad, Salvador Illa, como candidato a presidir la Generalitat, algo que ha elevado al PSC en las encuestas electorales.

También el resto de partidos han elaborado sus listas y han activado su maquinaria electoral en las últimas semanas, en los que la gestión de la pandemia se ha combinado con la precampaña que elevado el tono de las intervenciones, ya que la campaña de las elecciones debía comenzar en dos semanas.

DEBATE SOBRE EL APLAZAMIENTO

A raíz del repunte de contagios tras las vacaciones de Navidad la posibilidad de posponer las elecciones ha ido ganando fuerza hasta que ha sido la opción mayoritaria entre los partidos catalanes.

En los últimos días el Govern se ha decantado por posponer las elecciones hasta pasada la Semana Santa y el PSC ha sido el único partido que ha defendido con más claridad que debían celebrarse el 14 de febrero, mientras que el resto de partidos con mayor o menor vehemencia apostaban por retrasarlas.

Durante esta semana, se ha reunido a la mesa de partidos en dos ocasiones en los que la Conselleria de Salud ha presentado cifras con diversos escenarios que vaticinan la evolución de la pandemia y sitúan el pico epidémico algunos días antes del inicio de la campaña electoral y el de presión asistencial en las UCI muy cerca del 14F.

Ante la posición mayoritaria entre los grupos de posponer los comicios, el jueves los socialistas aceptaron mover las elecciones pero no más allá de Semana Santa y este viernes en la última mesa de partidos que debía reunirse antes de la decisión final han propuesto convocar a los catalanes el 14 y 21 de marzo.

Una vez acordado por todos los partidos que las elecciones no iban a celebrarse el 14 de febrero, el debate ha girado en torno a cuándo deberían celebrarse y en la reunión Aragons ha trasladado al resto de formaciones la posibilidad de hacerlas el 30 de mayo.

La decisión ha sido acogida con buenos ojos por la mayoría de partidos, excepto por los socialistas y por el PDeCAT --estos últimos pedían celebrarlas el 25 de abril o el 15 de mayo--, aunque la oposición ha reprochado al Govern la falta de previsión y le ha exigido medidas para que no se tengan que volver a posponer.

Ahora la discusión en los próximos días se centrará en los aspectos técnicos del aplazamiento y las nuevas elecciones, es decir, si cambiará el censo, si se podrán modificar las candidaturas, si se podrán recoger avales para que se presenten nuevos partidos o si el voto por correo se deberá volver a solicitar.

En este sentido, el Govern está estudiando la posibilidad de convalidar algunos de los trámites ya realizados, como las candidaturas presentadas o los avales recogidos por los partidos nuevos, aunque necesitará el aval de la Junta Electoral Central (JEC), y previsiblemente las listas podrán modificarse y se podrán presentar nuevas formaciones.

Ante esto, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ya ha advertido de que analizarán el decreto que concrete estos aspectos técnicos porque considera que no se pueden cambiar "las reglas de juego una vez iniciada la partida", ya que cree que no se deben poder hacer cambios en trámites como las candidaturas ya presentadas para el 14F, y no descarta la posibilidad de impugnarlo.

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