BARCELONA, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Barcelona ha condenado a 15 años de cárcel cada uno a dos mendigos que en mayo de 2004 asesinaron a otro de origen polaco con quien compartían una casa abandonada de Vic (Barcelona) estrangulándole tras apalearle durante cuatro horas.
Un tribunal popular declaró en julio culpables a Alejandro C.D. y a Juan Antonio G.C. de asesinar con alevosía y ensañamiento a Bogdan W., de 42 años, y absolvió de un delito de omisión del deber de socorro a otro compañero suyo, Francisco Javier O.I., acusado marcharse de la casa sin ayudar a la víctima.
La Audiencia de Barcelona, en base al veredicto del jurado, ha tenido en cuenta las atenuantes de alcoholismo y drogadicción, así como la de confesión del delito a las autoridades, ya que los condenados acudieron a la comisaría de la Policía Local de Vic y dijeron que habían golpeado fuertemente a una persona y que podía estar muerta, acompañando a los agentes a la casa.
Además de la pena de prisión, Alejandro C.D. y Juan Antonio G.C. deberán indemnizar con un total de 180.000 euros a las tres hijas del fallecido y pagar otros 112.143 euros por los gastos derivados del entierro de Bogdan W.
Los hechos se remontan a las 20 horas del 14 de mayo de 2004, cuando los procesados se hallaban junto a Bogdan W. en la casa abandonada situada en el número 8 del pasaje Aluders de Vic, en la que convivían la víctima y Alejandro C.D.
En un momento dado, éste y Juan Antonio G.C. empezaron a recriminarle su actuación del día anterior en un enfrentamiento que habían tenido con otra persona en Vic y en el que intervino la Policía Local.
Los procesados empezaron a increpar y a insultar a la víctima, acusándole de chivato, y le amenazaron con matarle. Alejandro C.D. y Juan Antonio G.C. golpearon entonces a Bogdan W. en la cara y siguieron agrediéndole durante dos horas más.
Acto seguido, Alejandro C.D. y Juan Antonio G.C. presuntamente maniataron a Bogdan W. con una cuerda y siguieron dándole puñetazos, utilizando después el segundo una barra de hierro de una estufa de leña, mientras blandía una navaja con la otra mano.
Los procesados trasladaron después a la víctima a una habitación y le sentaron en un colchón, donde siguieron pegándole en la cara y en la cabeza durante dos horas más, hasta que Juan Antonio G.C. le estranguló con sus propias manos.
