BARCELONA, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los 3.700 despidos que llevará a cabo el grupo químico Basf como consecuencia de los planes de reestructuración por la integración con la suiza Ciba, no afectarán a la planta que tiene la empresa en Tarragona pero sí a las oficinas de ventas que la antigua Ciba tiene en Barcelona, según informaron hoy a Europa Press fuentes la empresa.
Todavía se desconoce cómo afectará a las oficinas catalanas, pero se prevé que la mayor parte del recorte a nivel mundial se produzca hasta finales de 2010, aunque la reestructuración se alargará hasta 2013. La compañía está valorando diversas opciones estratégicas, que incluyen la venta o cierre de 23 de las 55 plantas de la química suiza en todo el mundo.
La química alemana informó de sus intenciones de realizar los recortes de empleo de manera "socialmente responsable" y aseguró que ya han empezado las negociaciones con los comités de empresa locales. "Prometo a nuestros empleados que mantendremos la incertidumbre el menor tiempo posible y que tomaremos decisiones de manera justa y transparente", concluyó el presidente de Basf, Jürgen Hambrecht.
La integración responde a los deseos de Basf de maximizar su potencial con los actuales negocios de Ciba. La reestructuración producirá sinergias de al menos 400 millones de euros al mes a partir de 2012, de las cuales 300 millones se harán realidad en 2010.También se espera que el proceso genere costes por valor de 550 millones de euros, de los cuales 150 millones se provisionarán en 2009.
