Detectan un fuerte descenso en las poblaciones de peces del tramo final del Ebro

Confluencia del río Ebro con el Segre en Mequinensa
MMM/EP
Actualizado: sábado, 28 agosto 2010 13:43

Más de la mitad de las especies que viven en el Delta son foráneas

TARRAGONA, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -

El tramo final del río Ebro presenta un "fuerte descenso" en la presencia de peces, con una reducción generalizada en la mayoría de sus poblaciones. Además, más de la mitad de las especies que lo habitan son foráneas y fueron introducidas por el hombre en los últimos años, según se desprende de un estudio realizado por el Parque Natural del Delta.

Cada año, coincidiendo con el final de recolección de arroz, se cierran las compuertas que llenan los canales de riego, lugar donde quedan atrapados miles de peces. El Parque realiza un trabajo de salvamento y posterior análisis de las especies, con lo que se puede hacer un seguimiento de las poblaciones del último tramo del río.

El informe, al que ha tenido acceso Europa Press, señala un "fuerte descenso" en el número de capturas --unos 21.500 peces, frente a los 125.000 individuos de 2007 y los 175.000 de 2008--, y asegura también que la disminución es "muy significativa" y presenta "valores inusuales" en el registro histórico de las campañas de salvamento, que se realizan ininterrumpidamente desde 1989.

Tras la cosecha de arroz de 2009, los técnicos recogieron en los canales de riego ejemplares de 18 especies de peces diferentes --el año anterior fueron 22--, de las que nueve eran introducidas, seis autóctonas y tres naturalizadas --aquellas que se han adaptado al ecosistema y viven en él sin complicaciones--.

A pesar de ello, el informe del Parque destaca que el decrecimiento ha coincidido con un menor número de acciones de salvamento realizadas, por lo que precisa que se debe esperar a evaluar futuras campañas para determinar la evolución exacta de las poblaciones de peces.

El censo realizado muestra que las especies mayoritarias son, al igual que en años anteriores, la carpa, una especie de lisa, el alburno y el siluro, mientras que especies como el barbo presentan una de las mayores regresiones.

A pesar de la abundancia de especies foráneas, el estudio señala que las especies invasoras tan solo representan el 8,4% del total del peso capturas en los canales de riego, y el 10% de los individuos. Por contra, el número de individuos de las especies naturalizadas asciende al 46%, casi el mismo porcentaje que el número de ejemplares de especies autóctonas --lo que prueba que la medida de los peces naturalizados es mayor--.

MEJILLÓN CEBRA

La introducción de especies foráneas para la pesca recreativa está detrás de la expansión de las mismas y la regresión de las especies autóctonas, hasta el punto de que ya se recomienda que peces como el siluro sean sacrificados tras su captura y no devueltos al río.

Entre los efectos colaterales de dicha introducción se encuentra la aparición del mejillón cebra, otra especie invasora que llegó al Ebro en forma de larva, procedente de las cubas de hasta 5.000 litros de agua de ríos centroeuropeos.

La reintroducción de peces, que siguió durante años sin ningún control, permite que turistas del norte de Europa acudan a poblaciones del Ebro a pescar siluros, blackbass y luciopercas, lo que revitaliza la economía de la zona, aunque con un coste ambiental todavía desconocido.