BARCELONA, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Unas 60 farmacias del distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi llevarán a cabo pruebas de detección del riesgo cardiovascular entre sus usuarios mediante la realización de pruebas médicas específicas, en virtud de un convenio de colaboración firmado entre el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (Cofb) y Mútua General de Catalunya.
El programa, pionero en España, es el primer acuerdo de concertación de servicios que se produce entre farmacias y una aseguradora privada, en línea con la intención expresada por el presidente del Cofb, Jordi de Dalmases, de utilizar las boticas como un agente más de "promoción de la salud y prevención de la enfermedad".
Las farmacias catalanas ya tienen firmados dos convenios públicos con el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) para realizar pruebas de cribado de cáncer colorrectal y detección de VIH, y negocia la puesta en marcha de otra prueba piloto para realizar el seguimiento de pacientes crónicos y, en fase más incipiente, la posibilidad de dispensar fármacos hospitalarios.
Las pruebas se realizarán principalmente entre los asegurados de la mutua, personas de entre 35 y 74 años a los que el farmacéutico les medirá durante cerca de media hora su índice de masa corporal, niveles de glucosa, colesterol, tabaquismo e hipertensión y, en caso de que existan factores de riesgo, será remitido a los servicios de la compañía.
El director de Mútua General de Catalunya, Daniel Redondo, ha concretado que la prueba piloto se extenderá durante 6 meses, calculan en unas 2.500 personas las beneficiarias potenciales del programa y que la retribución de cada farmacia irá en función del número de pacientes atendidos, lo que permite a esta aseguradora aportar un "valor añadido" a sus asociados y a los farmacéuticos potenciar su rol como agentes de salud.
De Dalmases ha insistido en la intención de las boticas de ofrecer más servicios sanitarios, dado que gracias a la "capilaridad" de sus establecimientos pueden mejorar los resultados de salud de la población, y ha valorado el acuerdo porque permitirá retribuir al profesional farmacéutico por un acto sanitario, y no con un porcentaje en función del medicamento distribuido.
La intención es demostrar la eficiencia del servicio y que pueda ser extensible a todo el territorio, ha resumido, una prueba que en parte ya se realizan a título individual en algunas boticas y que, de media, tienen un coste de 20 euros, ha resumido.
Asimismo, ha desvinculado el acuerdo de los sucesivos retrasos que sufren desde hace al menos dos años en el pago de la factura farmacéutica, aunque ha reconocido que la crisis acelera la búsqueda de este tipo de acuerdos, que en todo caso constituyen el "I+D del futuro" de la farmacia.
Redondo ha reseñado la voluntad de la Mútua de distinguirse de otros competidores: "Que nuestros mutualistas nos valoren más, y que los que no lo son también nos valoren", ha resumido.
