La Fiscalía eleva a 29 años la pena para el acusado de estrangular una mujer en Reus (Tarragona) y tirarla al contenedor

Actualizado: miércoles, 23 abril 2008 22:55

REUS (TARRAGONA), 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía de la Audiencia Provincial elevó hoy a 29 años de cárcel la petición de condena para Miguel Ángel M.A., acusado de matar la noche del 10 al 11 de junio de 2005 a Mercedes P.V. en Reus (Tarragona) y después tirar el cuerpo al contenedor.

Después del juicio, que quedó hoy visto para sentencia, la Fiscalía entiende que el móvil para el crimen era la agresión sexual y por eso eleva la petición inicial de 9 años de prisión por este delito a los 12 actuales, lo mismo que pedía desde el principio la acusación particular.

Por lo que se refiere al delito de asesinato, considera que pudo actuar el atenuante de la droga cuyo consumo esa noche podía haber influido en la actuación agresiva del acusado, por ello, bajó en un año la petición de condena, quedando en 17 años por asesinato.

La fiscal afirmó que el acusado se aprovechó de que la víctima "no se tenía en pie" y abusó de ella. para después, "como si de una basura se tratara, arrojarla dentro del contenedor".

Según el Ministerio Público, en la muerte, el acusado agredió físicamente y sexualmente a la mujer, aunque en la autopsia no se encontraron signos de violencia en la relación sexual "porque ella no tenía conocimiento".

Para la fiscal, el acusado intimidó con golpes y un instrumento cortante a la víctima antes de agredirla. Considera que el hecho de que ella no tuviera la capacidad de defenderse, implica un asesinato, y definió este caso como "un crimen sexual sádico".

La acusación particular mantuvo las mismas peticiones que el primer día, es decir, 30 años de cárcel, de los cuales 18 por el asesinato y 12 más por la agresión sexual. El letrado de la familia, Josep M. Santos, coincidió con la versión de la fiscalía excepto el atenuante por consumo de drogas.

Para Santos, el acusado intimidó la víctima "para que no gritara" y la mató "para que no pudiera explicar lo ocurrido".

La defensa por su parte, aseguró no entender la argumentación de la Fiscalía para incrementar la petición por agresión sexual, y solicitó un aplazamiento para preparar sus conclusiones, por lo que el juicio se interrumpió unas horas.

UN ACCIDENTE PARA LA DEFENSA.

En su informe, el letrado de la defensa, Aitor Macías, afirmó que la muerte fue un accidente y que no hubo intimidación. Según añadió, su cliente estaba "fuertemente intoxicado" y actuó bajo los efectos de las drogas y el alcohol, y no hubo alevosía "porque ella era consciente" de lo que pasaba, de acuerdo con la declaración del acusado.

Por eso, también rechaza que la relación sexual no fuera consentida. Según Macías, el móvil del crimen no fue sexual, "sino que fue por la desorientación del acusado por culpa de las drogas y el alcohol".

La petición de la defensa fue la absolución del acusado y, en caso de que se considere delito, que sea por homicidio como máximo con una pena de 2 años de cárcel. Macías solicitó que se consideren atenuantes del caso la adicción a las drogas de su cliente y el hecho de que confesó voluntariamente cuando fue a declarar como testigo días después del crimen. También alegó que el proceso se ha alargado casi tres años en los que su cliente ha estado en prisión.

Durante la jornada de hoy declararon también los psicólogos, que admitieron el consumo de drogas del acusado y consideraron que tiene un trastorno de personalidad que, con la ingestión de drogas y alcohol, puede "agravarse" tornándose "agresivo". De todas formas, se constató que sabe discernir el bien del mal.

RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS.

Por otra parte, se visionó la reconstrucción de los hechos que se efectuó cuando habían transcurrido varios meses desde el crimen. La solicitó durante la instrucción del caso la defensa y se realizó con la participación del acusado.

En las imágenes, éste explicó cómo y dónde conoció a la víctima y los pasos que dieron antes de llevarla a su casa. Según él, la mujer iba bebida y la tuvo que llevar agarrada para que no se cayera.

Ya en el portal de su casa, el acusado la cogió en hombros debido a su estado. Entonces, según explicó Miguel Angel, la víctima se golpeó en la cabeza al entrar al edificio. Subieron en ascensor y él la engañó diciéndole que en casa no había nadie, cuando en realidad dormían su tío y su sobrina.

Aseguró que, en la habitación, la mujer se tumbó en la cama y él a su lado, e iniciaron la relación, aunque en ningún momento se refirió a ella como una relación sexual plena, sino como un "juego", indicando únicamente caricias, apretones y mordiscos, y señalando que fue ella quién tomó la iniciativa. Según dijo, ella le agarró de las manos y él hizo lo mismo, la agarró del cuello y apretó, explicó.

El acusado sostuvo que creyó que la víctima estaba muerta porque "no se movía, tenía mala cara y se orinó", algo que aseguró haber observado en una ocasión al presenciar el ahorcamiento de un hombre.

Después, se puso el cuerpo a los hombros y lo bajó a la calle, aunque sin tener claro si la mujer estaba viva o muerta. Miguel Ángel explicó que "no sabía bien a donde ir", aunque finalmente la depositó en un contenedor cercano. Acto seguido, subió de nuevo al inmueble y puso a lavar la ropa de su cama y la de la víctima.

En la reconstrucción de los hechos, el acusado se mostró tranquilo e incluso fumando hasta el momento en el que tuvo que reproducir cómo fue el crimen. Entonces, actuó con nerviosismo, encarándose en alguna ocasión a la juez instructora del caso recriminándole que entendía sólo lo que ella quería.