Hereu afirma que la crisis de infraestructuras demuestra que no se ha creído en Barcelona

Actualizado: lunes, 2 junio 2008 20:28

BARCELONA, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -

El alcalde de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, afirmó hoy que la "crisis de las infraestructuras" es el mejor ejemplo de una anterior crisis de capitalidad", en la que no se creyó "suficientemente" en esta ciudad.

Según él, "desde determinados ámbitos se ha creído que a Barcelona ya le tocó" un gran momento hace 15 años, y "alguien decidió que se tenía que bajar un determinado tono". Por eso, pidió tener en cuenta esa actitud --de la que excluyó al gobierno municipal de aquella época-- para generar ahora un "giro estratégico" que potencie capitalidad.

Hereu empieza a ver ahora una recuperación del "esfuerzo" por potenciar a Barcelona, pero aseguró que controlará que así sea, porque están en juego proyectos a largo plazo.

Durante un almuerzo-coloquio en el foro Tribuna Barcelona, afirmó que la "falta de visión de capitalidad" es lo que llevó a la crisis de Cercanías Renfe, cuya inversión y modelo de gestión están pendientes, recordó.

Respecto al Aeropuerto de El Prat, consideró asimismo que se deberá hablar de un modelo de gestión que tenga en cuenta a Barcelona y Catalunya, y aseguró que habrá una "buena" terminal. Y también aludió al AVE, para destacar que Barcelona está físicamente en el extremo, pero la ciudad quiere estar en el centro de una red y conectar con ella "hacia el norte y el sur".

Además, Hereu recordó que el Estatut da relevancia a Barcelona como capital de Catalunya, y pidió "orgullo" en la ciudad para que crea en sí misma. "Capitalidad significa que todo el mundo te mira", dijo, y añadió: "No renunciaremos al rol de ser el otro gran centro" del Estado.

EL ZOO MARINO NO TIENE MARCHA ATRÁS.

También en defensa del concepto de capitalidad, comentó que el Zoo Marino "no tiene marcha atrás", porque eso significaría además "ir contra la Historia".

Al recordar que ha cumplido su primer año tras las elecciones municipales, aprovechó para comentar que su resultado electoral fue "un poco menor" del que espera la noche de las elecciones, pero "bastante más" de lo que se esperaba meses atrás.

ACUERDOS "MÁS PROFUNDOS" CON ERC.

Al preguntársele durante el coloquio sobre un posible retorno de ERC al Gobierno, rehusó interferir en el "debate democrático" de otro partido, y recordó que entre el auditorio estaba el líder municipal republicano, Jordi Portabella --además, acudieron los líderes convergente y ecosocialista, Xavier Trias y Ricard Gomà--.

Aun así, prometió trabajar por una mayor estabilidad del Gobierno progresista y acuerdos "más profundos" con ERC, pero sin "sacralizar" ninguna fórmula.

Afirmó que, en cualquier caso, el balance de los acuerdos municipales en el pleno municipal reflejan el alto nivel de acuerdo que ya existe: "Es porque hay una mayoría, y quiere decir que hay acuerdo político".

En cuanto al futuro, pidió grandes acuerdos, dentro o fuera del pleno municipal, sobre inmigración, financiación de la ciudad, promoción integral de Barcelona e infraestructuras.

GRUPO DEL PSC: "AHORA Y AQUÍ, NO".

Hereu debió responder a otra pregunta sobre la posibilidad de que el PSC tenga grupo propio en el Congreso. Afirmó que no es el momento de planteárselo y recordó que los socialistas catalanes ya se han comprometido con el PSOE para este mandato.

El también dirigente del PSC defendió no "sacralizar" ninguna fórmula, pero advirtió de que sólo debe volverse al grupo propio si es imprescindible: "Si lo necesitamos, será para disentir". Por eso mismo, ve inútil que en el futuro haya dos grupos que acaben votando en el mismo sentido, y pidió tener en cuenta los perjuicios que puede comportar.

Como ejemplo, planteó si se hubiera habido entendimiento sobre la sequía si no hubiera un solo grupo. En cualquier caso, insistió en que no es un debate a plantear para el próximo congreso del PSC, a mediados de junio. "Ahora y aquí, no", concluyó.

Así, se alinea con el posicionamiento expresado por los dirigentes del partido, al contrario de lo defendido públicamente por los consellers de Educación y de Economía, Ernest Maragall y Antoni Castells.