BARCELONA, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un mosso d'Esquadra ha resultado herido de un golpe de porra en la cara este jueves por la tarde al intentar reducir a un hombre que le ha plantado cara cuando una patrulla ha acudido porque se estaba masturbando en un parque ante varios niños en la avenida Mistral de Barcelona.
Sobre las 19 horas, el detenido, de origen africano, estaba sentado en un banco y ha empezado a masturbarse debajo del pantalón ante varios padres y menores, que le han pedido que se marchara, aunque él se ha negado, por lo que han optado por llamar a la policía ya que también les había increpado, según han explicado a Europa Press varios testigos.
Cuando una patrulla de dos agentes se ha personado en el lugar para pedirle que parara, el joven se ha sacado las chanclas y ha adoptado una postura de combate, y finalmente se ha enfrentado a ellos y ha logrado arrebatarle a uno la porra y golpearle en plena cara.
Los testigos, entre ellos varios hermanos de una misma familia y sus hijos, que habían avisado del caso a los Mossos, han intervenido para colaborar en reducir al hombre, de complexión muy delgada y alto, y de hecho, ha sido una de las mujeres la que le ha apartado la porra y le ha golpeado en las piernas.
FUERTE RESISTENCIA
Otros dos testigos también le han golpeado ante la dificultad de reducirle, ya que eran cuatro, le tenían en el suelo y todavía seguía mostrando resistencia.
Hasta el lugar se han desplazado siete patrullas de los Mossos, además de la que ya había llegado, que finalmente se han llevado al individuo esposado, mientras que el mosso herido, que tenía sangre en la cara, ha sido atendido por sus compañeros y evacuado.
De hecho, uno de los jóvenes que ha colaborado en retenerlo ha admitido que si no llegan a intervenir, "les hubiera linchado".
El hombre, que había acumulado basura y objetos, llevaba tres días durmiendo en un portal cercano donde han sucedido los hechos, en la avenida Mistral con Calàbria, y ya había tenido algún problema con vecinos, llegando a increpar a alguno de ellos.
De hecho, antes del primer incidente una vecina ya le había recriminado que ensuciara la calle con sus botellas y otros residuos, a lo que él había respondido con insultos.
