La justicia holandesa investiga a Morín por un aborto a una joven de este país embarazada de siete meses

Actualizado: martes, 18 marzo 2008 19:19

BARCELONA, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

La justicia holandesa investiga al ginecólogo Carlos Morín y a la clínica Ginemedex de Barcelona por un aborto presuntamente ilegal de una joven de los Países Bajos de 24 años en noviembre del pasado año. La mujer, D.B., de 24 años, fue detenida e ingresada en prisión provisional en su país por asesinato o infanticidio, tras supuestamente abortar en la semana 27 de gestación en una de las clínicas barcelonesas investigadas por prácticas ilegales.

Así lo recoge la Comisión Rogatoria holandesa que se encuentra en el sumario de la investigación a las clínicas del ginecólogo peruano Carlos Morín, instruida por el Juzgado número 33 de Barcelona, a la que ha tenido acceso Europa Press.

En su ruego, un fiscal holandés expone la sospecha de que la joven, de nacionalidad holandesa y marroquí, "mató de forma premeditada a su hijo no nacido estando embarazada de más de 22 semanas, probablemente de 27 semanas" en la clínica Ginemedex de la capital catalana, algo que no permite la legislación holandesa, que sí permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 24 de gestación.

En concreto, remite al juzgado que instruye el caso y del que es titular Elisabet Castelló un ruego en el que pide practicar las diligencias necesarias para averiguar si efectivamente la mujer se sometió a un aborto en la citada clínica, cuándo tuvo lugar, quién fue el médico que lo practicó y el equipo que la asistió durante la operación.

Además, pregunta cuál es la forma de trabajar en la clínica de abortos, de qué manera se ejecuta el aborto y de qué manera se practicó ese en concreto, además de otras cuestiones como si es posible saber en qué hotel de la capital catalana permaneció la joven junto a su acompañante, a quien la fiscalía también investiga por supuesta colaboración.

La joven fue denunciada por el hermano de su novio que se percató de que la joven había interrumpido su embarazo de siete meses tras desaparecer durante una semana. Al parecer, los padres de la chica desconocían el embarazo de la mujer y estaban en desacuerdo con la relación sentimental que mantenía con su novio, T.L., el cual tampoco conocía el aborto al que supuestamente se sometió la joven.

Al parecer, D.B. le explicó a su novio que tuvo una hemorragia la noche anterior y que dio a luz a un niño sin vida al Hospital de Veldhoven, mientras él se encontraba de viaje a Maastricht por un accidente grave en el que estaba implicada su hermana.

Tras la explicación de la joven, ambos se dirigieron al hospital donde ella dijo que había perdido al bebé y, allí, el chico descubrió que no le había dicho la verdad. Por ello, también pidió la apertura de una investigación.

Según la justicia holandesa, los actos mencionados son calificados como constitutivos de un delito de los artículos 289, 290 y 290 del Código Penal holandés y artículo 289 en relación con el artículo 47 del mismo Código Penal.

En los Países Bajos, el aborto es legal hasta la 24 semana de gestación, y no es muy frecuente que las autoridades detengan a un ciudadano holandés por un delito que ha cometido presuntamente fuera de su territorio.