Maragall y Trias reavivan la llama de los Juegos de 1992 abriendo el paseo de la antorcha

Pasqual Maragall, Epi Y Trias
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 25 julio 2012 20:54

BARCELONA, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -

El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y quien lo fue durante la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992, Pasqual Maragall, han dado este miércoles el pistoletazo de salida a la carrera de relevos de la antorcha olímpica, que recorrerá las calles de la capital catalana para conmemorar el XX aniversario de la inauguración del evento.

A las 18:00, Trias y Maragall, junto al presidente de la Unió de Federacions Esportives Catalanes (Ufec), David Moner, han acompañado al exjugador de baloncesto José Antonio San Epifiano 'Epi', encargado de abrir este miércoles el paseo de celebración de los 20 años, desde el interior del patio del edificio consistorial hasta la puerta que da a la plaza Sant Jaume.

Allí, Epi ha rememorado su papel como último relevista en Barcelona'92 y, ante decenas de espectadores, ha emprendido la marcha por la calle Ferran, seguido de una caravana en la que destacaba un bus turístico serigrafiado para la ocasión y que transporta a los 38 relevistas --entre ellos, el futbolista Albert Ferrer y el tenista Jordi Arrese-- que irán realizando los distintos tramos de 160 metros.

La anécdota de la apertura de la carrera la ha protagonizado el mismo Epi, quien ha recorrido más distancia de la que le correspondía y no se ha encontrado con la segunda relevista, la nadadora olímpica Gemma Mengual, hasta La Rambla, en la altura del Liceu, donde le ha entregado la antorcha para que la deportista continuara con el trazado.

La carrera discurrirá por 5,1 kilómetros, pasando por el centro --como la avenida Paral·lel-- y acabando sobre las 19.30 en el Museu Olímpic, donde estarán Trias y el bicampeón olímpico Gervasio Deferr para encender el pebetero del museo.

Cuando llegue la antorcha al museo, se descubrirá una escultura conmemorativa de los Juegos que la Ufec ha donado al museo, y que es un arquero olímpico, de 2,5 metros de altura y un peso de 1.350 kilos, obra de la escultura Rosa Serra, y que se quiere colocar ante el museo, apuntando hacia el pebetero del estadio.