BARCELONA, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las federaciones de padres de alumnos de Catalunya pidieron hoy a los profesores y a la Conselleria de Educación de la Generalitat que reemprendan las negociaciones, después de una jornada de huelga en la enseñanza pública catalana, que resgitró un 22 por ciento de seguimiento.
En declaraciones a Europa Press, el presidente de la Federación de Padres de Alumnos de Enseñanza Secundaria (Fapaes), Pere Farriol, exigió a ambas partes que vuelvan a sentarse a negociar.
"Que dediquen todo el tiempo que sea necesario y todos sus esfuerzos hasta que se arregle la situación lo más rápido posible", dijo Farriol recordando que las huelgas y manifestaciones no llevan a ninguna parte "a nadie". De hecho, esta es la cuarta huelga de profesores que los padres afrontan en dos años, especialmente motivadas por la aprobación y despliegue de la Ley de Educación de Catalunya (LEC).
Con esto, la Fapaes aseguró compartir con los docentes la exigencia de más recursos para el sistema público, así como de una mejor gestión. No obstante, reprochó a los maestros estar pensando en su propia conciliación laboral en propuestas como la jornada intensiva y el calendario escolar.
"Piensan en su conciliación y no piensan en las familias, que son la gran mayoría", afirmó, ya que la jornada intensiva en junio permite su conciliación familiar, sostuvo. Igualmente, auguró que a los maestros no debe de gustarles mucho la nueva Agencia de Evaluación y Prospectiva del Govern, que analizará y evaluará a los profesores, así como a los alumnos y colegios.
Sobre la huelga, Farriol señaló que la incidencia ha sido más pequeña de lo que se esperaba. Asimismo se explicó el presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Catalunya (Fapac), Walter García-Fontés, quien defendió que a las familias no les interesa la jornada intensiva en junio, y que están de acuerdo con el Decreto de autonomía que despliega la LEC, por lo que acusó a los docentes de moverse por "intereses corporativos".
Con esto, admitió que las familias comparten "ciertas" reivindicaciones con el profesorado, principalmente la mayor cantidad de recursos para el sistema.
En previsión de la huelga, García-Fontés explicó que había recomendado a las familias de colegios con muchos profesores en huelga que no llevaran a sus hijos al colegio. De hecho, los claustros ya se habían posicionado frente a las familias sobre su seguimiento de la huelga, lo que permitió controlar la situación.
