BARCELONA, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
La novela 'El senyor de les mosques' --'Lord of the flies', de William Golding--, salta al escenario del Versus Teatre de Barcelona a partir del 3 de septiembre con una versión que cambia los personajes infantiles por unos preuniversitarios y que su autor, Abel Coll, ha bautizado como 'El senyor de les mosques 2.0'.
El título no remite a las nuevas tecnologías, pues la esencia de la novela se mantiene, --unos jóvenes que naufragan en una isla desierta--, sino que hace alusión al cambio generacional, ha explicado Coll en rueda de prensa. En su opinión, unos niños de entre 8 y 12 años de hoy en día, "si duraran 15 días en la isla ya durarían mucho".
La obra desvela cómo los personajes deben adaptarse a la nueva situación y cómo van sacando lo peor de sí mismos: la represión, el autoengaño, los anhelos de superioridad, y sobretodo, la violencia.
"La violencia coge una fuerza increíble. Esto, que con los niños puede ser excusado, en su caso da miedo", ha comentado Coll. Los siete personajes de la obra se inspiran en los de la novela, aunque no los representan exactamente. Algunos pasan de masculinos a femeninos, y otros son una mezcla de varios.
Así, Ralph (Pau Vinyals) es el líder responsable, que confía en la democracia y en poder organizar las cosas de forma ordenada. Su antagonista es Jackie (Georgina Latre), una joven de tendencias dictatoriales que por primera vez en su vida encuentra a alguien que la cuestione.
Alrededor de los dos giran Peggy (Júlia Barceló), un gordo marginado acostumbrado a la soledad; Sami (Edu Tudela), el miedoso; Roger (Ricard Farré), el más violento pero también más influenciable, y Eric (Enric Rodrígquez), uno de los más inteligentes, que abrirá la caja de los truenos cuando dice que en la isla hay algo raro.
A pesar del aparente paralelismo, Coll se ha esforzado en desmentir cualquier influencia de la famosa serie de televisión: "No hay nada de 'Perdidos'", ha dicho, y ha remarcado que, en todo caso, el espejo sería el 'Apocalypse now' de Francis Ford Coppola, porque los personajes sacan de sí mismos partes que ni siquiera conocían.
La escenografía del montaje es austera al máximo: no hay nada, tan sólo algunas maletas, paraguas y ropa, que ayudan a diferenciar el espacio escénico entre playa y montaña. La obra estará en cartel hasta el 31 de octubre.
