BARCELONA, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los cinco detenidos por robar a turistas en Barcelona haciéndose pasar por policías pasaron esta mañana a disposición del juez de guardia, que decretó su ingreso en prisión. En total, los cinco arrestados el martes acumulaban 47 detenciones previas y ahora se les atribuyen casi 30 robos o hurtos a turistas extranjeros.
Además, en el registro de los tres domicilios habituales de los sospechosos, dos en Barcelona y otro en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), los Mossos d'Esquadra han encontrado más indicios para relacionarlos con los hechos.
Según informó hoy la Policía catalana, en los pisos se han hallado dos identificaciones falsas de la Policía Local de Esplugues de Llobregat (Barcelona), varios papeles con logotipos de estamentos oficiales y plantillas con letras de imprenta para componer distintivos fraudulentos.
Igualmente, se hallaron algunos aparatos electrónicos y joyas que podrían haberse comprado con el dinero o las tarjetas que robaban a los turistas, ya que los investigadores han comprobado que no tienen ninguna actividad económica lícita que les permita estos gastos.
Entre los objetos curiosos hallados en el registro de Cerdanyola, los agentes encontraron cuatro papeles pegados en la pared de una habitación con frases escritas en rumano y su pronunciación en inglés para facilitar los robos.
Los detenidos pedían a los turistas si llevaban moneda extranjera, si les podían enseñar el pasaporte, qué llevaban en las maletas o hasta cuándo pensaban permanecer en la ciudad.
INVESTIGACIÓN DEL GRUPO DE MULTIRREINCIDENTES.
La investigación empezó en julio y consistió en seguir durante 41 días los pasos de ocho sospechosos, todos rumanos. Finalmente, el martes fueron detenidos en plena calle los cuatro principales miembros de la banda y uno de los otros cuatro, de entre 25 y 48 años, mientras que los otros tres están en búsqueda y captura.
Los detenidos actuaban principalmente en zonas turísticas como el paseo de Gràcia, las Ramblas, la plaza Catalunya, el Camp Nou o Montjuïc, en verano y de 10 de la mañana a 3 de la tarde.
En grupos de dos a cinco personas, se acercaban con placas falsas a turistas, sobretodo anglosajones y asiáticos --aunque también italianos o del resto de Europa-- y de avanzada edad, para ganarse mejor su confianza. A veces, uno de ellos se hacía pasar por un delincuente que se dejaba apresar por los falsos agentes o por otro turista que atendía la demanda de los supuestos policías.
Enseñándoles una placa falsa de Policía y con las excusas de comprobar si llevaban billetes falsos, si les habían duplicado alguna tarjeta o pidiéndoles su identificación, los turistas engañados les daban los monederos. Con cierta habilidad, uno de ellos conseguía robar parte del dinero en efectivo y alguna tarjeta. Nunca lo robaban todo para que el turista no se diera cuenta al instante. Incluso conseguían que los incautos les revelasen el código secreto de su tarjeta.
Con las tarjetas extraían dinero rápidamente de un cajero automático cercano o hacían compras en establecimientos comerciales.
De los cinco detenidos, destaca el jefe del grupo, Victor I., de 48 años, al que ya le constan 17 detenciones previas, 15 de ellas por hacerse pasar por policía. Ahora se le atribuyen 14 delitos de usurpación de funciones públicas, cinco robos y nueve hurtos. A los otros detenidos les constan también numerosos antecedentes y se les ha denunciado por delitos y faltas similares.
