Actualizado 28/10/2018 16:17

El Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla recuerda los 125 años de la Guerra de Margallo y muerte del general

Entierro del general Margallo
COMGEMEL

MELILLA, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla ha recordado que tal día como este domingo de hace 125 años se producían los sucesos de la denominada primera campaña del Rif o también llamada Guerra de Margallo (1893 -1894) y la figura del general García Margallo, en el 125 aniversario de su muerte, acaecida en el Fuerte de Cabrerizas Altas, el 28 de octubre de 1893.

Según ha informado esta institución dependiente de la Comandancia General de Melilla (Comgemel) en un comunicado de prensa, a partir del Tratado de paz y amistad firmado entre España y Marruecos el 26 de abril de 1860, y la demarcación de límites realizada el 14 de junio de 1862, Melilla iba a contar con un territorio más allá de las murallas de Melilla la Vieja. Para su defensa, el gobierno inició un programa para la construcción de varias fortificaciones y torres avanzadas.

Al mando de la plaza se encontraba el comandante general Juan García Margallo y García, y su guarnición se reducía al Regimiento de África, el Batallón Disciplinario, Artillería de Plaza, Guardia Civil y Compañía de Mar, contabilizándose unos 500 hombres.

La institución castrense ha señalado que, a lo largo del verano de 1893, la tensión aumentaba conforme se iba construyendo el fuerte de Sidi Guariach, de tal forma que el 2 de octubre, unos 1.000 cabileños atacaron a la pequeña guarnición y a los trabajadores, produciéndose numerosas bajas. Margallo puso inmediatamente en conocimiento del Gobierno los hechos y solicitó el envío urgente de refuerzos, que lentamente fueron llegando en las siguientes semanas.

El Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla ha aseverado que por aquel entonces en España se produjo una importante reacción, desatándose una fuerte ola patriótica. "Se envió a buques de la armada como apoyo y se movilizó primero a las unidades del ejército radicadas en Andalucía y posteriormente a otras unidades más", ha rememorado.

Las semanas pasaron en medio de una tensa calma hasta que, el día 27 de octubre de 1893, el general Margallo, al mando de una pequeña columna se dirigió a dar protección a obreros e ingenieros a fin de mejorar las condiciones defensivas del Fuerte de Camellos.

Al avanzar la tarde, Margallo dio la orden de que todas las Unidades regresaran a la Plaza, lo que se empezó a efectuar con orden en la zona de fuerte Camellos, pero no así en la línea que iba desde Cabrerizas Bajas a Rostrogordo. "Ante la precaria situación en que parecía encontrarse el fuerte de Cabrerizas Altas, asediado por un gran número de enemigos, el general Margallo y su fuerza, decidieron trasladarse al fuerte", ha explicado dicho centro.

En este sentido, ha detallado que "la situación en Cabrerizas Altas era difícil, la línea telefónica había sido cortada y no existía la posibilidad de hacer una salida, pues el enemigo, hacía fuego continuamente sobre la fortaleza.

Afortunadamente --ha añadido el Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla-- en la vieja ciudadela se encontraba el coronel Alfredo Casellas y Carrillo de Albornoz, Jefe del Regimiento África, quien tomó el mando y "comenzó a preparar un convoy para que saliera con las primeras luces del día siguiente, pues suponía que la situación debía ser muy grave".

MUERTE DEL GENERAL MARGALLO

Con el amanecer del día 28, los contrincantes arreciaron su fuego. Margallo, necesitando comunicar a la Plaza la difícil situación en que se encontraban en el fuerte, designó al capitán Picasso, para que saliera a caballo a dar parte de los hechos. En la Plaza, el coronel Casellas aceleraba los preparativos para la salida del convoy, intuyendo la desesperada situación que se vivía en el fuerte.

La llegada del capitán Picasso --a quien posteriormente le fue concedida la laureada por su "heroica actuación"-- confirmó los malos augurios. Durante la noche había reunido todos los carros disponibles, que cargados con agua, víveres, medicinas y municiones, emprendía la marcha, recibiendo un intenso fuego enemigo en el trayecto hasta Cabrerizas Altas, "destacando por su valor, el paisano Antonio Alba Palomo", han precisado.

El Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla ha indicado que "el enemigo intentaba impedir que los carros llegasen a su destino, por lo que Margallo consideró necesaria alguna acción ofensiva para aliviar la presión sobre el convoy, por lo que ordenó sacar dos piezas de artillería al exterior del fuerte, al mando del teniente Antonio Saltos Bellido, su futuro yerno; el propio general salió del fuerte al frente de los infantes del Borbón y el Extremadura, entablándose un durísimo cuerpo a cuerpo; la primera descarga derribó al general de su caballo, falleciendo instantáneamente tras recibir tres balazos, en el pómulo derecho y en la cabeza".

El capitán Cuadrado, ayudante y cuñado de Margallo, dijo: "El general Margallo salió á luchar para que le mataran". Sus últimas palabras empujando su caballo hacia las trincheras donde estaba el enemigo fueron "¡Muchachos.!.. ¡Hijos míos!... ¡Vamos por la gloria!", ha asegurado el Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla.

En anteriores ocasiones, cuando los oficiales veían al general Margallo en sitios de peligro y le decían que no debiera estar allí, dicho centro ha aseverado que el general contestaba: "¿Soy acaso menos español que mis soldados?".

En la corta campaña de 1893, se concedieron tres cruces laureadas, llevadas a cabo el mismo día 28 de octubre: a los capitanes Picasso y Lucas Hernández y al teniente Primo de Rivera.

Mandado por el general Ortega, y atravesando el fuego enemigo, se trasladó a Melilla un convoy fúnebre, llevando al general Margallo y numerosos cadáveres, entre ellos, los heroicos teniente García Cabrelles, del regimiento Extremadura, y el comisario de guerra José Valero Belenguer.

El asedio al fuerte se mantuvo durante el día 28 y el 29, pero ya "los defensores disponían de municiones y víveres y el enemigo iba perdiendo el empuje que tenía inicialmente".

En la Gaceta de Madrid del día 29 de octubre aparecía publicado el nombramiento del general Macías y se elevaba a general de división la categoría del comandante general, llegado a la plaza el mismo día 29 de octubre. El día 30 fue el entierro del general Margallo. Las tropas francas de servicio y todo el vecindario de Melilla acudieron a rendirle al heroico general, el último tributo de respeto, ha concluido el Centro de Historia Militar de Melilla.

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