CEUTA, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
La población censada en Ceuta ha aumentado un 17,1 por ciento desde 2001, pasando de 74.867 a 87.728 personas empadronadas a fecha 31 de diciembre de 2017 pese a que solo durante los últimos cinco años la Administración autonómica ha dado de baja por "inscripción indebida" a 5.337 falsos vecinos, según las cifras que maneja el consejero de Gobernación y portavoz del Ejecutivo local, Jacob Hachuel (PP), que ha reconocido su preocupación por la "sostenibilidad" de una ciudad con solo 19 kilómetros cuadrados de superficie que, según ha destacado, "no es un chicle".
La población empadronada en Ceuta está formada actualmente por 81.493 españoles y 6.235 extranjeros, inmensa mayoría marroquíes. La china es la segunda comunidad foránea más numerosa, con 147 ciudadanos residentes nacionales de ese país asiático, según ha precisado Hachuel en declaraciones a Europa Press.
Solo durante 2017 la Ciudad Autónoma recibió 4.505 peticiones de alta en el Padrón municipal, 3.204 de españoles, 1.146 de marroquíes y 155 de ciudadanos de otros países. Un total de 3.969 fueron aceptadas y 536 se denegaron, 240 de nacionales y 255 del país vecino.
Los agentes de la Policía Local tramitaron durante todo el año pasado 1.130 expedientes de revisión "aleatoria" de residencia que se saldaron con 298 resoluciones desfavorables que conllevaron la baja en el Padrón de 863 personas.
El porcentaje de falsos empadronamientos detectado, que en 2017 cayó hasta el 26 por ciento de las inspecciones realizadas, llegó en años anteriores hasta el 42 por ciento, según el consejero de Gobernación. Desde 2012, cuando el Ejecutivo autonómico que preside Juan Vivas puso en marcha un programa sostenido de depuración del censo, se ha dado de baja como residentes en la ciudad autónoma a 5.337 personas.
Además, durante los últimos cinco años el área de Estadística de la Administración ceutí ha tramitado 6.133 cambios de domicilio intramunicipales.
El Gobierno local atribuye parte del incremento de población registrado en lo que va de siglo al regreso a la ciudad forzados por la crisis y la pérdida de trabajo de miles de ceutíes que habían emigrado a la península o otros países de Europa, así como a la cobertura que sostiene una inversión anual en políticas sociales que cifra en "unos 60 millones de euros".
