MADRID, 24 Abr. (CHANCE) -
Puede ser considerada como una de las mejores actrices que ha dado Hollywood en estos últimos tiempos y es que sus tres Oscars pueden afirmarlo. Meryl Streep es toda una todoterreno del mundo cinematográfico que lo mismo te puede interpretar a una redactora jefe mala malísima de una de las revistas de moda más importantes en El Diablo se Viste de Prada, una cocinera de lo más simpática en Julie y Julia o meterse en la piel de la más ni menos Margaret Thatcher apodada como la Dama de Hierro, en la película con nombre homónimo.
Fue por este largometraje por el cual, Meryl Streep recogía su tercer Oscar a mejor actriz, habiéndolo ganado en anteriores ocasiones, una por La decisión de Sophie y otra por Kramer contra Kramer. Pero no todo ha sido de color de rosa para la actriz pues al principio de iniciar su exitosa carrera, el futuro que ella creía que le depararía el destino era bastante desalentador.
Y es que ha sido en su discurso de agradecimiento en la entrega del título de doctora honoraria otorgado por la Universidad de Indiana, donde ha confesado que creía que su físico no le ayudaría en su carrera para ser actriz. "Probablemente cuando era joven, me ponía un vestido de princesa, esperando que todo el mundo le prestase atención. Por eso estaba siempre en obras de teatro, aunque pensé que era en vano ser actriz", confesaba en dicho discurso.
Pero las duras palabras no quedaban ahí pues la intérprete continuaba: "Las gafas que tenía no eran fabulosas entonces. Pensaba que era demasiado fea para ser actriz". Una autocrítica que no deja de sorprendernos, pero cuyo pensamiento ha cambiado a día de hoy con una dilatada carrera. Por eso, ha querido dar un consejo a las nuevas generaciones, en las que les alienta a ser ellos mismos y que aprendan a quererse tal y como son.
"Para las chicas jóvenes, me gustaría deciros que no os preocupéis tanto por vuestro peso. Hay chicas que pasan demasiado tiempo pensando en eso y existen cosas mejores. Para los más jóvenes les digo que lo que les hace diferente o raro, es lo que te da fuerza. Todo el mundo intenta parecer sacado de un molde pero realmente la gente que parece distinta son los que lo consiguen éxito. Yo solía odiar mi nariz. Ahora ya no. Está bien", con este gran discurso pretende animar a todos aquellos actores y actrices noveles a que se dediquen a la interpretación y no a parecer simples modelos.
Un consejo sabio por parte de Meryl Streep que no daba un duro literalmente por su carrera como actriz y ha logrado conseguir tener en su particular palmarés tres premios Oscars y diversos Globos de Oro además de una larga filmografía reconocible y unos personajes memorables.
