MADRID, 9 Sep. (CHANCE) -
Quizás el nombre de Delphine Boël no sea uno de los que más te suenen, pero esta artista de origen belga ha puesto contra las cuerdas al rey Alberto II de Bélgica, llevándole nada más y nada menos que ante la justicia. Será a finales de este mes de septiembre cuando la Casa Real de Bélgica se enfrente a este escándalo jurídico: la demanda interpuesta por la artista de 46 años de edad, reclamando ser reconocida como hija de dicho rey.
Una demanda que llega en el peor momento para la realeza del país, la cual está bastante fracturada. La justicia será quién decida si el rey Alberto II deberá someterse a una prueba de paternidad para que se descubra si realmente Delphine es su hija o por el contrario encuentre una respuesta negativa. Sin embargo, la demanda también afecta al rey Felipe de Bélgica -reinante en la actualidad- para descubrir también si verdaderamente es su hermana.
Esta demanda sale a la luz después de que se sacase a la luz el libro del periodista y escritor Mario Danneels donde revelaba el affaire del rey Alberto II con la madre de Delphine Boël, la baronesa Sybille de Selys-Longchamps. Un romance en los años 60, que la baronesa le habría contado y la artista habría publicado también en una biografía donde profundizaba sobre el mismo, además de explicarle que por aquel entonces rey reinante era su padre, es decir, Alberto II.
El monarca ya reconoció en su discurso de Navidad de 1999 que su relación con su esposa, la princesa Paola Ruffo di Calabria no tuvo sus mejores días durante esa década. Unas palabras que se tomaron como una medio confirmación de que la artista efectivamente era su hija.
Sin embargo, la demanda tiene bastantes trabas a la hora de salir adelante pues el rey Alberto II está amparado por la "inviolabilidad" de su figura, por lo que ha tenido que meter al rey Felipe y a Astrid de Bélgica con la esperanza de que ellos también se sometan a la prueba de ADN, aunque con Felipe puede tener los mismos problemas con el que se supone que es su padre.
El caso vuelve a salir a la luz gracias a una entrevista de Delphine a la revista Paris Match, donde asegura estar convencida de que el rey Alberto II es su padre. Pero la polémica historia también adquiere relevancia cuando descubrimos que el supuesto padrastro que cuidó a Delphine como una hija, el empresario Jacques Boël, la desheredó.
Será el próximo día 23 cuando la historia tome un nuevo rumbo y descubramos si se tienen que someter a las pruebas de ADN definitivamente alguno de los monarcas o la justicia le quita la razón Delphine o si toda la larga historia es cierta.
