MADRID, 17 Sep. (CHANCE) -
Como cada tercer martes de septiembre, Holanda ha celebrado uno de sus días más especiales: el Día del Rey, siendo fiesta nacional en el país y dándose tanto el Rey Guillermo como Máxima un auténtico baño de masas por las calles de La Haya.
Aunque los reyes no han estado acompañados de sus hijas, Amelia, Alexia y Ariane, sí que han querido estar a su lado el príncipe Constantino y la princesa Laurentien durante el Discurso del Trono y el paseo hasta Ridderzaal, donde los Reyes holandeses se han encontrado con ministros, secretarios de Estado, representantes del Cuerpo Diplomático y los Altos Consejos de Estado.
Como cada años, a los reyes les gusta mezclarse con el pueblo holandés, acaparando Máxima todas las miradas de este día tan especial. Haciendo alarde de su aclamada elegancia, la Reina se ha decantado por un vestido largo en burdeos con una original mini-capa cuajada de cristales en el mismo tono, firmado por el diseñador holandés Jan Taminiau.
Como complemento ha elegido uno de sus favoritos, un sombrero ladeado en el mismo tono que el vestido y guantes de piel a juego. Para terminar cartera de mano igual que la capa y salones también en el solemne color. Uno de los colores que más fuerte viene pisando este otoño y que ya apunta a convertirse en tendencia. Además, la Reina llevaba la banda y la estrella de la Gran Cruz de la Orden del León Neerlandés, además de pulseras de diamantes en ambas muñecas.
