Chris Pueyo convierte a su abuela Carmen en la abuela de todos con su última novela, 'La abuela'

Chris Pueyo y su novela,  'La abuela'
Chris Pueyo y su novela, 'La abuela' - CHRIS PUEYO INSTAGRAM, FOTÓGRAFA: @LORETOLAFORAMAK
Actualizado: martes, 7 enero 2020 18:18

   MADRID, 7 Ene. (CHANCE) -

"Mi familia es una mierda. Excepto mi abuela. Me crió me educó y me soltó; ninguna de las tres tarea fácil. Así que mi abuela es mi madre. Todo comenzó cuando mencionó lo de su testamento, aquella fue la chispa que encendió estas páginas. Y un martes por la tarde me senté a escuchar su historia, porque me parece importante saber de dónde venimos. Mi abuela vive en este libro. Y tienes que conocerla", así comienza La abuela, la última novela de Chris Pueyo, autor de best-sellers como El chico de las estrellas y Aquí dentro siempre llueve. Pero esta historia es diferente, Chris no es el protagonista, lo es su abuela Carmen, el pilar de su vida, la mujer que le ha criado y con quien mantiene un estrecho lazo.

Esta historia comienza debido al miedo que siente Chris al pensar en perder a su abuela y se embarca así en un increíble viaje por el pasado de la matriarca, un pasado cargado de momentos duros, sorpresas y felicidad que hicieron a Carmen una mujer fuerte e independiente. Este es uno de esos libros que te emociona desde la primera página y te hace recordar a tus seres queridos constantemente. Un libro que, para cuando lo has terminado, te hace sentir que Carmen también es un poco tu abuela. Un libro cargado de humanidad y emoción que muestra la evolución artística de Chris y se convierte en su novela más madura. El propio Chris Pueyo nos cuenta los entresijos de la historia, ¡sigue leyendo!

CH: ¿De dónde salió la inspiración para escribir La abuela?

Chris Pueyo: El día que mencionó lo de su testamento, una palabra vallada en todas sus direcciones. Aquello fue la chispa que encendió este libro. Para escribir un libro necesito 4 o 5 buenos chispazos, en aquella comida se me encendió algo porque nunca había pensado seriamente en la muerte de mi abuela, ¿cómo iba a marcharse alguien que existió antes que el mundo? Al menos para mí. Entonces escribí este libro "no te vas" pensé, "te quedas".

CH: ¿Qué opinó tu abuela cuando le contaste la idea?

CP: No hubo un día en que yo le dijera "abu, voy a escribir un libro de ti". Fue surgiendo, desde pequeño me ha contado anécdotas que alimentaban mi curiosidad y mi interés, he crecido rodeado de estas historias, del día en que mi abuela hizo tal cosa, o la vez en que la abuela consiguió lo otro. No sé, tendemos apartar a los abuelos pero al fin y al cabo es importante saber de dónde venimos y si tenemos la oportunidad, ellos tienen las mejores historias. Al final le ha gustado, ella hubiera quitado algunas partes pero los libros están para contar cosas.

CH: ¿Cómo fue el proceso de recoger toda la información para crear el libro? ¿Conocías ya toda la historia de tu abuela o hubo partes que te sorprendieron?

CP: Un quilombo. A veces en tardes de pipa, tele y grabadora. Otras con un cuaderno delante, otras sencillamente me contaba y yo cogía el autobús corriendo para llegar a mi casa y ponerme a escribir, al final por ejemplo, le cedo la palabra y el epílogo es directamente suyo. Cada libro es una aventura y esta ha sido compartida, como un baile entre dos generaciones. Efectivamente ha habido pasajes que me han crujido el corazón porque por más que he intentado viajar a la izquierda del tiempo para ayudarla, no he conseguido atravesar mi propio libro.

CH: Este viaje en la historia de tu abuela, ¿te ha hecho viajar a ti también en tu propia historia y reflexionar de algún modo?

CP: Completamente. Me parezco mucho más a mi abuela (en algunas cosas) de lo que me imaginaba y he descubierto que el lugar del que vengo es el mismo al que quiero ir. Siento que tengo que completar un círculo que termina allí donde empezó todo.

CH: ¿Cuál fue tu sensación al poner el punto final? ¿Y la de tu abuela al leerlo?

CP: Es una sensación muy extraña porque los libros terminan pero nosotros no. Yo podría seguir escribiendo del mismo modo en que mi abuela continúa viviendo, ¿ha terminado la aventura? ¡Claro que no! Cada día es una nueva, pero, al final, un libro no es algo que terminas de escribir, es algo que abandonas.

CH: ¿Qué es lo que buscas transmitir con este libro?

CP: Es una condecoración a mi abuela al final de una alfombra roja que nadie ha puesto en el suelo. Por criarme, educarme y soltarme; ninguna de las tres tarea fácil.

CH: Es increíble cómo consigues compartir con los lectores el amor por tu abuela y los sentimientos que te llevaron a escribir esta historia. ¿Alguna vez pensaste que ibas a ser capaz de emocionar a las personas como haces ahora? ¿Qué has sentido cuando se han acercado a ti para hablarte de todo lo que has conseguido transmitir con La abuela, El chico de las estrellas o Aquí dentro siempre llueve?

CP: Es una de las cosas más bonitas en la aventura de un libro. Lo difícil no es llegar, era mantenerse, y al final hay que tener los pies muy bien ancladitos al suelo para poder seguir con tu vocación y que la gente siga creyendo en tu locura. Mucha gente me dice que le ayudo, eso es algo que me reconforta y te hace pensar que tu trabajo merece la pena, aunque no deja de ser un efecto secundario, al final yo escribo libros que me ayudan a mí. El resto es cielo regalado.

CH: Tus libros se están convirtiendo en grandes lecciones de vida, especialmente para los adolescentes, posiblemente el grupo social más incomprendido y olvidado. ¿Cómo hubiese sido ese periodo para ti si hubieses podido leer obras como las tuyas?

CP: No sé si de joven me hubiera leído a mí mismo, o lo que es mejor, no sé si me hubieran gustado mis libros. Lo que sí te reconozco es que hubiera agradecido que hubiera habido la variedad de autores que hay ahora y los temas que se tratan. Leo a mis coetáneos y creo que somos una generación preparada y tenemos cosas que contar.

CH: En más de una ocasión has dicho que tu vida no ha cambiado a raíz de empezar a escribir y tus novelas a hacerse famosas. Pero, aunque seas la misma persona, ¿realmente tu alma y tu forma de ver la vida continúan siendo igual?

CP: No, porque cambiar es esa cosa inevitable que la gente te echa en cara. 'Has cambiado' como si fuera algo evitable o malo. Oye mira sí, he cambiado, pero además he procurado que sea con los míos y a mejor. En cualquier caso, mi 'alma' y mi forma de ver la vida yo diría que es la misma.

CH: ¿Disfrutas de romper las normas literarias y escribir cómo te dé la gana?

CP: Muchísimo. Me dan mucha rabia los complejos y procura deshacerme de ellos, como al escribir como de quienes los tienen al leer. Es una de las pocas cosas a las que no le tengo miedo y eso me gusta.

CH: ¿Algún consejo para todas esas personas que estén deseando entrar en el mundo literario y no sepan cómo?

CP: Depende del modo en que quieras entrar. Como te digo entrar no es complicado, lo difícil es mantener el equilibrio una vez estás dentro, como en todos los mundos, hay terrenos resbaladizos. Hay que saber decir que "no" a cosas jugosas, dejarte la piel en cada libro como si todos fueran el mejor, aunque después no vaya a ser así, es imposible que todo lo que escribas sean grande libros, pero creo que la actitud debe ser esa. A escribir se aprende escribiendo, y la lectura es la gimnasia de la creación literaria.

CH: ¿Planes de futuro?

CP: A primeros del año que viene sigo con la gira de presentaciones y firmas por España, pasaremos por bastantes sitios y después saltamos el charco que para eso está. Pasaré también por Latinoamérica porque tengo unos lectores muy fieles y apasionados allí y me gusta devolver todo lo que se me da. ¡Y sí, estoy escribiendo otro libro!