¡Por fin llegan las rebajas!

Dinero para gastar.
EP
Actualizado: jueves, 2 julio 2009 18:36

Tras haber superado la barrera psicológica de asumir que estamos en crisis comienza un periodo de frenético consumismo. Las rebajas suelen ser la perdición de muchos adictos a las compras, pero este año, debido a los apretones de cinturón que nos hemos tenido que dar van a ser todo un alivio. Todas las cosas de las que hemos tenido que ir prescindiendo tendrán su momento en este mes del periodo estival. No por ello debemos ser menos conscientes y perder el norte sobre lo que es necesario y lo que es capricho.

Prepárate para las rebajasLas rebajas son una buena solución para adquirir aquellos productos que has necesitado durante el año pero ahora a un precio más competitivo. Eso sí, evita que las rebajas supongan un disgusto para tu bolsillo. ¿Nunca te ha pasado que has llegado a casa con productos que realmente no necesitabas? Si quieres que los errores del pasado no te pasen factura de la necesaria acude a los establecimientos comerciales con una lista en la que tengas muy claro lo que quieras adquirir y así evitar las compras compulsivas.

Y un consejo, no te dejes llevar por los agobios de estas fechas. Trata de evitar los empujones de los primeros días de las rebajas porque lo que hacen es que al final compres sin razón por miedo a quedarte sin aquello que andabas buscando.

¿En qué debes fijarte?

-Etiquetas.

Una vez en el establecimiento, con el producto que deseas en la mano, habrás de comprobar las etiquetas. Es obligatorio que en ellas aparezcan los dos precios, el original y el rebajado, o el porcentaje de rebaja.

El etiquetado debe ser legible en castellano o en cualquier otra lengua oficial del Estado. En el caso de la ropa, la etiqueta deberá incluir instrucciones de lavado y planchado e informar de los materiales de confección y los datos de la empresa fabricante, con el país de manufactura.

-Ticket de compra. Guárdalo siempre. Su presentación es imprescindible a la hora de efectuar cualquier cambio o devolución. Además si adquieres un electrodoméstico debes exigir el mismo período de garantía que tiene el artículo con su precio normal. Comprueba que toda la documentación está sellada y en regla.

-Reclamaciones. Si en algún momento crees que no se han respetado tus derechos no dudes en exigir la hoja de reclamaciones. Otra opción son las Oficinas locales de Información al Consumidor, el Servicio de Consumo de tu comunidad autónoma o cualquier asociación de consumidores.

Tarjetas de créditoLos establecimientos que admiten el pago con tarjetas de crédito durante el resto del año están obligados a aceptarlas también en época de rebajas, sin recargo sobre el precio.

Sí a las devoluciones¿Has ido a un establecimiento comercial donde siempre hacen devoluciones pero éstas han quedado anuladas durante las rebajas? Esto supone una irregularidad siempre y cuando el comercio no haya comunicado el cambio a la clientela. El comerciante sólo está obligado a aceptar un artículo devuelto si es defectuoso o si ha anunciado esta posibilidad.

Rebajas y saldosPero, después de todo esto, habría que hacerse una pregunta, ¿sabrías distinguir entre rebajas y saldos? Aunque muchas veces se emplee en el lenguaje coloquial la misma palabra lo cierto es que designan dos cosas diferentesA diferencia de las rebajas, las promociones son ventas a precios reducidos para incentivar a los compradores mientras que las liquidaciones pretenden agotar determinadas existencias por causas de fuerza mayor como obras, traslados, cambios de orientación en el negocio o ceses. Los saldos ponen a disposición de los clientes productos a precios reducidos al tener algún tipo de defecto. El comerciante debe especificar en este caso que se trata de saldos e indicar la tara.

No olvides que las rebajas han de ofrecer productos con la misma calidad aunque a menor precio, de hecho, deben contemplar un descuento de al menos un 20 por ciento sobre el importe normal. La normativa establece que las rebajas tienen que afectar al menos a la mitad de las ventas.

Tras estos pequeños consejos sólo nos queda desear un comercio responsable y que esta oportunidad que se ofrece tanto a vendedores como a consumidores anime un poco la maltrecha economía que ostentamos.