MADRID, 2 Oct. (CHANCE) -
Adara es de esas concursantes que hacen falta en los realities. Ya cuando concursó por primera vez en el Gran Hermano anónimo nos dejó con la boca abierta por la capacidad de aguante que tenía con sus compañeros, con los que no tenía buena relación, y por su forma de hablar. La concursante no tiene pelos en la lengua, nunca se ha dedicado a la televisión pero no tiembla al situarse frente a una cámara y dice todo lo que piensa al que tenga delante. Esto le hace sumar puntos positivos porque se la ve fría, refleja la viva imagen del participante que está sumergido en un juego y sabe perfectamente que tiene principio y fin. Por eso mismo gusta tanto, porque no tiene controlado nada, está por estar. Carece de estrategia y esto se percibe todos los días ya que vemos que no se mueve al son de nadie y que no le da la razón de forma gratuita a nadie.
Este martes por la noche, Adara realizó la curva de la vida durante la emisión del Límite 48 horas y lo cierto es que hemos podido conocerla un poquito más. Parece ser que detrás de esa coraza de mujer fuerte y poderosa, se esconde una niña que ha sufrido mucho a lo largo de su infancia y niñez. Con lágrimas en los ojos empezó a comentarle a Jorge Javier Vázquez el tormento que vivió de pequeña.
"Nací y al año o así, mis padres se separan y durante mi infancia, que me perdone, mi madre tuvo una pareja que se portó muy mal con mi hermano, conmigo y con ella Si ahora me está viendo que sepa que mi infancia se vio marcada por él, yo le tenía autentico terror" empezó a relatar la concursante entre lágrimas y con bastante rechazo porque tenía miedo de hacer daño a su familia, así se lo decía al presentador al inicio: "Tengo miedo por si hago daño a alguien con lo que pueda decir, pero lo tengo que contar porque ha sido mi vida".
"En mi adolescencia sufrí muchísimo, mucho, mucho por una persona de mi familia que siempre ha tenido depresiones muy fuertes He sufrido mucho por ver sufrir a esa persona, yo solo quería que fuera feliz Luego conocí a mi primer amor que fue muy, muy bonito. Luego lo dejamos y sufrí muchísimo porque fue algo muy intenso. Luego tuve una época que jamás olvidaré, fue maravillosa, fue con mi abuela, salíamos a bailar y me lo pasaba genial Tenía 18 o 19 años" seguía contando la concursante y es que si recordamos su participación en el Gran Hermano anónimo, su abuela fue su fiel defensora, reflejando la buena relación que existe entre las dos.
En cuanto a su relación con Pol Badía, ha confesado lo que nunca antes había dicho públicamente: "Lo intenté con Pol, siento muchísimo decirlo, pero solo recuerdo cosas desagradables, sentía mucha desconfianza Creo que fui sincera y me enamoré de él Me hizo muchísimo daño y jugó conmigo, para él era todo tele y espectáculo".
Para finalizar, Adara comentó cómo era su relación con el padre de su hijo, con el que vive en Mallorca y del que está completamente enamorada: "Hugo es alguien increíble, me respeta, pensamos igual, vamos en el mismo sentido, tenemos los mismos valores, yo soy su prioridad, él lo da todo por mí Cuando le conocí pensaba que me estaba vacilando porque tenía todo lo que yo quería Conocí a Hugo, empecé con él, me fui con él a vivir a Mallorca y para mí fue un poquito duro. Tuve que dejarlo todo por él y adaptarme me costó un poquito. Luego tuvimos a nuestro bebé, que es lo mejor que me ha pasado en la vida, es mi pico de felicidad, se lo agradezco muchísimo porque sé que siempre va a estar bien con él".
