MADRID, 30 Mar. (CHANCE) -
Por primera vez en nuestra historia televisiva, una monja de clausura se convierte en la presentadora de un programa de cocina, llamado "Sor Lucía", que a partir del día 1 de abril a las 10:30 horas todos podremos disfrutar en nuestras pantallas en Canal Cocina a diario. Esta religiosa argentina de la orden de las dominicanas intentará sorprendernos y seguro que lo hará todos los días con sus platos monacales con ciertos guiños actuales y toques argentinos. Aunque no llevará gorro de chef porque ya lleva velo, sor Lucía Caram ha intentado hacer una cocina que esté al alcance de todos.
"Son recetas fáciles de hacer pero que también tienen su tono divertido y su presentación. Creo que el tema de la austeridad no va reñido con una buena presentación y también con ciertas alegrías, como un flan de leche condensada que me enseñó mi madre o una crema catalana", ha adelantado a Efe sor Lucía.
La religiosa a la hora de seleccionar de entre todos su plato celestial lo tiene claro, el asado. Es el plato que eligiría para compartir con "Francisco", nombre con el que ha hecho referencia al papa. En su repertorio de recetas no faltará de nada y podremos disfrutar de unas clásicas rosquillas de anís, guisos como el de calabaza con patata, las empanadas tucumanas- típicas de Argentina- y muchas cosas más. La originalidad de estos platos radica en sus raíces argentinas y libanesas y es digna de mencionar la incansable pasión de sor Lucía por la cocina, recetas que pone en práctica a diario para deleitar a sus hermanas en el convento. La religiosa ha confesado que: "Me gusta mucho cocinarle a las monjas de mi comunidad. Y, si tuviera que organizar una comida para gente, me gustaría para dos colectivos: para mi equipo de voluntarios, que se está dejando la piel, y a toda la gente que viene al banco de alimentos".
Finalmente, sor Lucía ha querido destacar a tres compañeros de profesión, magníficos cuando se posicionan frente a los fogones según ella y ha nombrado a Carlos Arguiñano, Ferrán Adriá y por último a Petrona Gandulfo, la autora de un recetario tradicional argentino con el que la monja cocinaba de niña.
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