Se demuestra el éxito del Protocolo de Montreal para recuperar el ozono

Una visión de la Tierra desde la atmósfera
NASA
Actualizado: viernes, 5 enero 2018 11:29

   MADRID, 5 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Científicos han obtenido la primera prueba directa del éxito del Protocolo de Montreal de 1987 para reducir el agujero de la capa de ozono, observando una disminución de los niveles de cloro.

   Utilizando mediciones del satélite Aura de la NASA, los científicos estudiaron el cloro en el agujero de ozono antártico durante los últimos años, observando cómo la cantidad disminuía lentamente.

   Esta es la primera evidencia definitiva del éxito del Protocolo de Montreal sobre Sustancias que Agotan la Capa de Ozono, que fue ratificado en 1987.

   El tratado internacional prohibió el uso de clorofluorocarbonos y compuestos relacionados, que se descomponen en la estratosfera y liberan moléculas de cloro. Este cloro agota la capa de ozono y es responsable de crear el agujero en la capa de ozono sobre la Antártida.

   El agujero de ozono fluctúa cada año, alcanzando un máximo anual al final del invierno austral, generalmente en septiembre. El agujero ha tenido una tendencia menor durante los últimos años, pero como la temperatura tiene un efecto sobre el agotamiento del ozono, esta no fue una prueba definitiva de la eficacia del Protocolo de Montreal.

   Aunque los científicos han estado midiendo niveles de cloro cerca del suelo durante décadas, este estudio es la primera vez que alguien midió con precisión los niveles de cloro dentro del agujero de ozono, lo que confirma que el Protocolo de Montreal está haciendo su trabajo.

Las mediciones muestran que la disminución del cloro, resultado de una prohibición internacional de productos químicos que contienen cloro llamados clorofluorocarbonos (CFC), ha resultado en un 20 por ciento menos de agotamiento de la capa de ozono durante el invierno antártico que en 2005, el primer año que las mediciones de el cloro y el ozono durante el invierno antártico fueron fabricados por el satélite Aura de la NASA.

"Vemos muy claramente que el cloro de los CFC está bajando en el agujero de ozono y que está ocurriendo menos agotamiento del ozono debido a él", dijo en un comunicado la autora principal Susan Strahan, científica atmosférica del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.