Los lagos de deshielo del permafrost estabilizan el cambio climático

Lago de deshielo de permafrost
Foto: UAF / KATEY WALTER ANTHONY
Actualizado: miércoles, 16 julio 2014 19:08

MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

   Una investigación de la Universidad de Alaska Fairbanks (UAF) indica que los lagos árticos termokarst estabilizan el cambio climático mediante el almacenamiento de más gases de efecto invernadero que los que emiten a la atmósfera. Este estudio, publicado en 'Nature', contrarresta la visión generalizada de que el deshielo del permafrost acelera el calentamiento atmosférico.

   "Hasta ahora, sólo pensábamos en los lagos termokarst como factores de aumento del calentamiento climático", señala la investigadora principal, Katey Walter Anthony, profesora asociada de investigación en el Instituto de Ingeniería del Norte de la UAF. "Es cierto que calientan el clima por sus fuertes emisiones de metano cuando se forman, pero en una escala más a largo plazo, se convierten en enfriadores del clima, ya que, en última instancia, absorben más carbono de la atmósfera del que expulsan", explica.

   Ubicados en el Ártico y las regiones frías de montaña, los lagos termokarst se forman con el deshielo del permafrost, que crea depresiones en la superficie que se llenan de agua dulce derretida, convirtiendo lo que previamente fue tierra helada en lagos. Los investigadores observaron que aproximadamente hace 5.000 años los lagos termokarst de regiones ricas en hielo del norte de Siberia y Alaska comenzaron a enfriar la atmósfera, en lugar de calentarla.

   "Mientras las emisiones de metano y dióxido de carbono que siguen al deshielo llevan al calentamiento radiativo inmediato --escriben los autores de este trabajo--, la captación de carbono en los sedimentos ricos en turba se produce en escalas de tiempo milenarias".

   Utilizando datos publicados del Ártico circumpolar y nuevas observaciones de campo del permafrost de Siberia y termokarsts, mediante datación por radiocarbono, modelización atmosférica y análisis espaciales, el equipo de investigación estudió cómo el deshielo del permafrost está afectando al cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero.

   Los investigadores vieron que "las cuencas termokarst cambiaron de un calentamiento neto radiativo a un efecto neto de enfriamiento climático hace unos 5000 años". Encontraron que las altas tasas de acumulación de carbono en los sedimentos del lago fueron estimuladas por varios factores, como "la erosión termokarst y la deposición de materia orgánica terrestre, la liberación de nutrientes desde el deshielo del permafrost que estimuló la productividad del lago y la descomposición lenta en los fondos de los fríos lagos anóxicos".

   "Estos lagos están siendo fertilizados por el deshielo del permafrost yedoma [un tipo de permafrost rico en materia orgánica]", concreta la coautora Miriam Jones, geóloga investigadora del Servicio Geológico de Estados Unidos. "Así que los musgos y otras plantas florecen en estos lagos, dando lugar a tasas de absorción de carbono que se encuentran entre las más altas del mundo, incluso en comparación con las turberas ricas en carbono", añade.

   El estudio reveló también otro factor importante de este proceso: cuando los lagos drenan sedimentos lacustres ricos en materia orgánica previamente descongelados, se vuelven a congelar. La nueva formación de permafrost  almacena una gran cantidad de carbono procesado en y bajo los lagos termokarst, igual que la turba que se crea después del drenaje del lago.

   Los investigadores señalan que el nuevo almacenamiento de carbono no es para siempre, ya que es probable que el calentamiento futuro empiece a volver a descongelar parte del permafrost y libere una parte del carbono del mismo a través de la descomposición microbiana. A través de la recopilación de datos, el estudio amplió la estimación de reservas de carbono en la turba circumpolar para las regiones de permafrost en más de un 50 por ciento.

   Como aproximadamente el 30 por ciento del carbono del permafrost mundial se concentra en un 7 por ciento de la región de permafrost en Alaska, Canadá y Siberia, los hallazgos de este estudio también renuevan el interés científico por la forma en la que la absorción de carbono por los lagos termokarst compensa las emisiones de gases de efecto invernadero.

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