Un remolino de agua dulce ártica se cierne sobre el Atlántico norte

Corrientes marinas en el Ártico
WIKIMEDIA
Actualizado: miércoles, 17 octubre 2018 14:09

   MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han identificado en las corrientes marinas del Ártico una nueva amenaza para el equilibrio climático del Atlántico norte.

   En concreto, han descubierto que la cubierta de hielo del Ártico establece esencialmente un límite de velocidad del conocido como Giro de Beaufort, un enorme remolino de agua dulce y fría, que se extiende con un diámetro de más de 1.000 kilómetros justo al norte de Alaska y Canadá.

   Cada verano, a medida que el hielo se derrite, el giro atrapa el hielo marino y la escorrentía de los ríos para crear un enorme reservorio de agua dulce y fría, igual al volumen de todos los Grandes Lagos combinados.

   Los científicos del MIT ahora han identificado un mecanismo clave, que llaman el 'gobernador del océano helado', que controla la rapidez con la que gira el Giro Beaufort y la cantidad de agua dulce que almacena. En un artículo publicado en Geophysical Research Letters, los investigadores informan que la cubierta de hielo del Ártico esencialmente establece un límite de velocidad en este enorme remolino.

   En las últimas dos décadas, a medida que las temperaturas aumentaron en todo el mundo, el hielo de verano del Ártico se ha reducido progresivamente. El equipo ha observado que, con menos hielo disponible para controlar el Giro de Beaufort, la corriente se ha acelerado en los últimos años, acumulando más hielo marino y expandiéndose tanto en volumen como en profundidad.

   Si las temperaturas globales continúan subiendo, los investigadores esperan que el mecanismo que rige el giro disminuya. Sin un 'gobernador' que limite su velocidad, los investigadores dicen que es probable que el giro haga la transición a "un nuevo régimen" y eventualmente se extienda, como una bañera desbordada, liberando enormes volúmenes de agua dulce y fría en el Atlántico Norte, lo que podría afectar al clima global a través de la circulación oceánica.

   "Esta cubierta de hielo cambiante en el Ártico está cambiando el sistema que está impulsando el Giro de Beaufort, y está cambiando su estabilidad e intensidad", dice en un comunicado Gianluca Meneghello, investigador del Departamento de Tierra, Ciencias Atmosféricas y Planetarias del MIT. "Si se libera toda esta agua dulce, afectará la circulación del Atlántico".

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