Un área cerebral se asocia con el desarrollo de la moralidad

Cerebro
WIKIMEDIA COMMONS
Actualizado: miércoles, 24 marzo 2010 19:23

MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts en Estados Unidos han identificado un área cerebral asociada con el desarrollo de la moralidad. El trabajo, que se publica en la revista 'Neuron', muestra que la capacidad para responder de forma apropiada ante ataques intencionados, con indignación ante quien los realiza, se basa en una región del cerebro asociada con la regulación de las emociones.

Los pacientes con daños en esta área del cerebro, conocida como corteza prefrontal ventromedial (CPVM), son incapaces de poner en marcha una respuesta emocional normal ante situaciones hipotéticas en las que una persona intenta, aunque falla, matar a otra. Además, juzgan la situación basándose sólo en el resultado y no consideran al potencial asesino moralmente responsable.

Según señala Liane Young, directora del estudio, el descubrimiento supone una pieza más del rompecabezas de cómo el cerebro humano construye la moralidad. "Estamos desentrañando lentamente la estructura de la moralidad. No somos los primeros en mostrar que las emociones son importantes para la moralidad pero este es un examen más preciso de la importancia que tienen".

Young, en colaboración con el equipo de Antonio Damasio de la Universidad de California del Sur, estudió a un grupo de 9 pacientes con daños derivados por aneurismas o tumores en la corteza prefrontal ventromedial, un área del tamaño de una ciruela localizada detrás y frente a los ojos.

Estos pacientes tienen dificultad para procesar las emociones sociales como la empatía o la vergüenza pero tienen intactas la capacidad de razonamiento y otras funciones cognitivas.

Los investigadores proporcionaron a estas personas una serie de 24 escenarios hipotéticos y les preguntaron sobre sus reacciones. Los escenarios de más interés para los investigadores fueron los que presentaban un desacuerdo entre la intención de la persona y el resultado, ya fueran intentos fallidos de hacer daño o daños accidentales.

Cuando se confrontaron los intentos fallidos de hacer daño, los pacientes no tenían problemas para comprender las intenciones del potencial agresor pero fallaban en considerarlo moralmente responsable. Los pacientes incluso juzgaban los intentos de agresión como más permisibles que los daños accidentales, como envenenar accidentalmente a alguien, una inversión del patrón observado en los adultos normales.

"Pueden procesar lo que las personas están pensando y sus intenciones pero no responden emocionalmente a esa información. Pueden leer sobre un intento de asesinato y juzgarlo como moralmente permisible porque no ha dañado a nadie", explica Young.

Según indican los investigadores, esto apoya la idea de que realizar juicios morales requiere al menos dos procesos, una evaluación lógica de la intención y una reacción emocional ante ella. El estudio también apoya la teoría de que el componente emocional se basa en la corteza prefrontal ventromedial.

Los investigadores esperan estudiar a pacientes que sufrieron daños en esta área cerebral cuando eran más jóvenes para ver si poseen el mismo juicio alterado. Además, el equipo de Young planea estudiar las reacciones de pacientes ante situaciones en las que los intentos de agresión podrían estar dirigidos al paciente y por ello son más personales.