La ESA celebra el 10 aniversario de la misión Cluster

Fotografía de la Misión Cluster de la ESA
ESA/EP
Actualizado: viernes, 16 julio 2010 17:00

MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

La misión pionera de la Agencia Espacial Europea (ESA) celebra su décimo aniversario, una década en la que los cuatro satélites de la misión han proporcionado extraordinarias percepciones sobre la poderosa e invisible interacción entre el Sol y la Tierra.

Así, los cuatro satélites de Cluster, Rumba, Samba, Salsa y Tango, vuelan en formación alrededor de la Tierra para proporcionar fotografías en tres dimensiones sobre cómo el continuo viento solar cargado de partículas o plasma del Sol afecta al ambiente del espacio más cercano a la Tierra y su protectora 'burbuja magnética' conocida como magnetosfera.

Ocasionalmente, el viento solar se convierte en turbulento y racheado, zarandeando el campo magnético de la Tierra y produciendo partículas de alta energía. Estas tormentas en la magnetosfera pueden dificultar los sistemas eléctricos abordo de los satélites. En el peor de los casos, incluso pueden destruir componentes electrónicos vitales, dejando a los satélites y otra tecnología eléctrica muerta.

Respecto a los efectos de la actividad solar extrema en la magnetosfera de la Tierra, el director de la misión Cluster de la ESA, Phillipe Escoubet, considera que ésta ha proporcionando una gran abundancia de datos para poder entender mejor los procesos físicos detrás del tiempo meteorológico del espacio.

Las observaciones han revelado un mundo dramático de violencia invisible, ya que Cluster ha investigado cómo el viento solar penetra en el espacio cercano a la Tierra y ha descubierto que, bajo determinadas circunstancias, los remolinos son mayores que el calibre total de la Tierra en la magnetosfera, inyectándole sus partículas venenosas.

EXISTEN ANTI-AURORAS

Así, cuando estas partículas de viento solar alcanzan la atmósfera terrestre, éstas provocan el resplandor sublime de las auroras del norte y del sur. Aquí también, Cluster ha logrado una revelación.

Cluster ha confirmado que las auroras negras, un extraño fenómeno eléctrico que genera oscuridad, regiones vacías sin la luz del Norte y del Sur, es decir que son como una 'anti-aurora' absorbiendo los electrones de la ionosfera.

Indudablemente, uno de los mayores logros de la misión ha sido el primer mapa en 3D del corazón de los ubicuos procesos magnéticos, conocidos reconexión. Esto se produce cuando los campos magnéticos colisionan, lanzando energía y permitiendo que los previamente separados plasmas del gas electrificado se mezclen. En el centro exacto del evento hay algo conocido como punto nulo.

Cluster ha proporcionado a los científicos la mayor fotografía 3D sobre un punto nulo, lo que ha proporcionado asimismo una vital y nueva información. En el momento de reconexión del evento, se averiguó que el campo magnético se retorció en un tubo de 500 kilómetros de ancho en esta región.

De este modo, la ESA añade que entender la reconexión magnética es un asunto mayor para la física, ya que ésta es responsable de llamaradas solares, unas tremendas explosiones solares que pueden llegar a ser mil millones de veces más potentes que una bomba atómica. En los laboratorios de la Tierra, las indeseadas reconexiones han frustrado los esfuerzos de producir electricidad en reactores de fusión.

Ese éxito podría haber llegado después del dramático principio cuando el 4 de junio de 1996 el primer cuarteto del Cluster acabó destruido en la catástrofe aeroespacial del Ariane 501, poco después de su lanzamiento.

Sin embargo, el equipo del Cluster superó este desastre y los satélites fueron reconstruidos y lanzados justo cuatro años después. "Fue un tremendo esfuerzo del equipo completo reconstruir, evaluar y volver a lanzar esta misión en un periodo de tiempo tan corto", valoró en su momento el director del proyecto Cluster de la ESA, John Ellwood.

De este modo, esta segunda ocasión, Cluster fue enviado a órbita utilizando el lanzador ruso Soyuz. Los dos primeros satélites despegaron del cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán el 16 de julio de 2000, y el segundo par de satélites lo hizo un mes después. Los cuatro han estado circulando alrededor de la Tierra en formación desde entonces, conduciendo su propio estilo y compleja danza orbital. Debido a la excelente condición de estos cuatro satélites, la misión ha sido prorrogada hasta 2012.