MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) - La técnica se centra en las divisiones del curso del río, como las provocadas por cordilleras a lo largo de cadenas montañosas, que actúan como límites entre dos cuencas. Conforme el agua de lluvia fluye por ambos lados de la línea divisoria de las aguas o divisoria de drenaje y en ríos opuestos, erosiona la roca subyacente. El río en un lado de la divisoria puede erosionar más rápido que el otro, formando lo que los investigadores llaman un "desequilibrio" en la red fluvial. Para llegar a un equilibrio, estos expertos razonaron que debe cambiar la división de aguas para asumir un patrón más estable. El equipo trabajó con una técnica de medición para determinar la dirección en la que una división tendría que moverse para equilibrar sus redes fluviales y luego realizaron estas mediciones en paisajes reales, incluidas regiones en China, Taiwán y el sudeste de Estados Unidos. Estos expertos hallaron que mientras que algunas redes fluviales tienen un patrón estable, lo que sugiere que son relativamente estáticas, otras redes, como las del sureste de Estados Unidos, generan patrones que implican que estas regiones están moviéndose y cambiando. Saber dónde están cambiando los sistemas fluviales puede ayudar a explicar las curiosas disparidades que se encuentran en ciertas cuencas fluviales. Por ejemplo, Perron señala que en algunas redes fluviales los científicos han identificado especies de sedimentos o peces que responden mejor a la geología o la composición genética de la cuenca de un río cercano. La divisoria de aguas que separa estas cuencas puede haber cambiado abruptamente en algún momento en el pasado, llevando la cabecera de un río al río del lado opuesto. Cómo cambian las colinas o las divisiones de las cuencas hidrográficas lo determina según erosiona cada lado. Si un río en un lado corta la roca subyacente más rápido que el río al otro lado de la división, este desequilibrio puede desplazar una colina a lo largo de un paisaje con el tiempo. "Pero eso es muy difícil de medir --afirma Perron--. La medición de estos índices de erosión es muy lenta, por lo general, décimas de milímetro por año". En cambio, los científicos calcularon lo que se llama un "incremento de equilibrio" de las cuencas a ambos lados de la división, es decir, cómo de alto o bajo tendría que ser el lecho de un río para equilibrar dos fuerzas: la erosión de un río en la roca y la actividad tectónica de una región que empuja la roca hacia arriba. La falta de coincidencia en el aumento de equilibrio a través de una divisoria de aguas significa aque la brecha está probablemente en movimiento: para alcanzar un estado estable, la división debe moverse hacia el lado con la elevación de equilibrio más alto. Los investigadores encontraron que mapeando el incremento de equilibrio de toda la red fluvial de un río y calculando los desajustes entre las dos partes divididas por una cordillera se podría predecir cómo está cambiando.