Los dermatólogos Grimalt desmienten algunos mitos sobre los granos y la caída del pelo

Actualizado: domingo, 5 noviembre 2006 13:00


BARCELONA, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los dermatólogos Francesc y Ramon Grimalt se han propuesto desmentir algunos de los mitos sobre la aparición de granos a los 30 años, la caída del pelo, los olores de pies y las cremas de belleza en su libro 'Salvemos la piel', editado por 'La Campana'.

En declaraciones a Europa Press, Ramon Grimalt, dermatólogo del Hospital Clínic de Barcelona y docente de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona (UB), señaló que el libro se ha hecho "tras muchos años de consulta" para "corregir los errores más frecuentes en la sabiduría popular".

El libro está estructurado en nueve capítulos que se inician con el caso de una historia clínica real, narrada con un tono coloquial y cierta dosis de humor. Posteriormente, los dermatólogos argumentan "qué hay de real" en estos estereotipos.

Por ejemplo, con respecto al pelo "existe un falso mito que dice que se cae cuando lo lavamos con frecuencia". En este sentido, Grimalt señaló que "cada día se caen 85 pelos", porque el cuero cabelludo se "recambia" en un proceso constante que se manifiesta al ser lavado, cuando se cepilla o se toca con la mano.

"A las abuelas de antes que llevaban un moño recogido y se lavaban el pelo cada quince días" también se les caía el pelo, pero "cada quince días cuando se lo lavaban", ironizó.

Al mismo tiempo, existe el "error" en la conciencia popular que asegura que alimentos como el chocolate, los embutidos y los frutos secos hacen salir granos cuando se trata de un problema "estrictamente hormonal".

"Cuando comemos embutidos la grasa se va hacia el culo y no la cara", exclamó, a la vez que argumentó que existen dos tipos de grasa: la de los adipositos que se concentra en distintas partes del cuerpo y el 'sebum' que segrega la piel y la convierte en grasa.

Lo que sí puede provocar la aparición de granitos y caída del pelo es el estrés y la ansiedad, ya que se producen "picos de testosterona" que aumentan la segregación de sebum. También puede suceder que las personas "influidas por la sugestión" de que si comen determinados alimentos le aparecerán granos consigan que éstos les aparezcan, señaló.

Por otro lado, negó cualquier "evidencia científica" del funcionamiento de las cremas hidratantes de belleza en el retraso del envejecimiento de la piel y la aparición de arrugas. Lejos de "ser perjudiciales" sirven "para sentirse bien" y no tienen más problemas que el "económico" porque, en algunos casos, "son muy caras" y "sólo venden humo", añadió.

Se trata de un "montaje comercial", pero "si hacen sentir mejor emocionalmente, ya hacen su función", dijo. En el ámbito de la belleza, también desmintió que la sauna adelgace a las personas. El efecto es como el de quien "hace pis antes de pesarse en una báscula" porque "habrá perdido agua, pero no peso".

A su juicio, "el punto clave del envejecimiento es el sol y la genética", aunque "a la gente no le gusta oír esto" y "prefiere tomar el sol y gastarse el dinero en cremas".

En el libro, también se desmiente que cortarse el pelo o aplicarle tintes con frecuencia dañe el cabello y se habla extensamente de otros problemas como las pecas, las verrugas, las manchas por el sol, algunas alergias y enfermedades de la piel debido a los nervios.

Los dermatólogos son un padre y un hijo que han puesto en común en este libro una larga y complementaria experiencia. No se trata de un libro de Medicina ni una guía para quienes tienen la obsesión de autocontrolarse. Es una aproximación comprensiva a aquella parte del cuerpo que sentimos tan nuestra y, a veces, no gusta.