El proyecto busca llevar el análisis biométrico "a condiciones reales" y que pueda emplearse por usuarios inexpertos
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
La empresa gallega Gradiant desarrolla un sistema de reconocimiento facial para aplicar en sistemas de control de acceso a recintos donde tengan lugar eventos o ferias. Este proyecto combina el análisis biométrico de rostros con el empleo de la tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID).
En declaraciones a Europa Press, el coordinador del grupo especializado de información multimodal de Gradiant, Daniel González, señaló que el reconocimiento de caras se empleará para cuestiones de seguridad, ya que, gracias al sistema, se podrá saber, por ejemplo, "si el usuario que intenta entrar en un determinado recinto está habilitado para ello".
Gradiant desarrolla, así, un análisis de rostros en secuencias de vídeo, controles de acceso y sistemas de videovigilancia; lo cual facilitará la labor de los operarios encargados del control y la gestión de un evento.
A la hora de llevar a la práctica esta aplicación no es necesario que un operario experto maneje el sistema, ya que se pretende que sea "suficientemente inteligente" para que el programa pueda discernir pos sí sólo "si dos personas son la misma o no". Con todo, González matizó que "cierto conocimiento es necesario para calibrar diferentes opciones del programa".
Según explicó, las empresas con las mayores prestaciones en este tipo de sistemas a nivel mundial se encuentran "con un 80 por ciento de acierto", mientras que el grado de éxito en el trabajo elaborado por Gradiant se sitúa actualmente "en el 74 por ciento".
Junto a esto, el coordinador de gestión de calidad explicó que el reconocimiento de caras "es un mundo que ha tenido bastante expansión en los últimos diez años". En concreto, existen múltiples empresas a nivel mundial con algún tipo de producto en este campo, aunque remarcó que en España ha tenido poca presencia en empresas, ya que "sobre todo se ha desarrollado en forma de prototipos universitarios".
FUNCIONAMIENTO
Según subrayó el investigador, "el primer paso para reconocer la cara es detectarla", por lo que la primera fase del proyecto consiste en realizar series de entrenamiento con diversos rostros. El programa "aprende" así a identificar qué es una cara, basándose en ese modelo previo, y va recorriendo los puntos de una imagen para establecer "si hay o no hay una cara".
Es entonces cuando el sistema empieza a sacar una serie de características que, "en cierto modo, emula al modo en que se reconocen los seres humanos cuando se ven", como los ojos o la nariz, y a partir de ello, "se saca una representación facial que ayude posteriormente a reconocerla", indicó González.
PROTOTIPO
Este proyecto forma parte de la convocatoria 2009 del plan Avanza I+D, aunque Gradiant lleva unos diez años trabajando en este campo como "una de las principales líneas de actuación", resaltó el representate de la empresa.
La fecha de finalización del proyecto todavía no está definido aunque se espera que esté listo aproximadamente dentro de año y medio. Aún así --según aclaró González-- el primer prototipo se podrá obtener "antes del fin de 2010".
En la actualidad, Gradiant ya cuenta con un sistema de reconocimiento facial y de huella dactilar en el Centro de Telecomunicaciones de Galicia, que fue instalado en octubre de 2008.
CONDICIONES REALES
En el campo de las novedades, con este proyecto se busca llevar el funcionamiento de estos sistemas "a condiciones reales". "Normalmente, los sistemas de reconocimiento biométricos funcionan bien en condiciones controladas, el problema es cuando las llevas fuera del laboratorio y hay que enfrentarse al mundo real".
Por ello, una de las mayores preocupaciones del equipo formado por seis investigadores es "ofrecer garantías" en situaciones complejas alejadas de modelos restringidos.
PUBLICIDAD
Junto al proyecto relacionado con la seguridad, Gradiant desarrolla también un sistema de reconocimiento facial para aplicarlo a la publicidad personalizada. Así, en un escaparate de un centro comercial se instala una cámara y el programa es capaz de detectar el sexo del cliente, así como su rango de edad, por lo que es capaz de ofertar en base a esto un producto u otro.
En este caso, el comerciante puede ofrecer una información mucho más concreta para el consumidor, lo que le permite medir el impacto de una determinada campaña publicitaria en términos del tiempo de exposición y de las personas a las que afectaron.
