MADRID, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
Pese a que el pescado contiene diferentes niveles de contaminantes a causa de las sustancias tóxicas que hay en el mar, un equipo multidisciplinar de la Universidad Rovirai Virgili de Tarragona recomienda seguir incluyéndolo en la dieta, --especialmente por los beneficios de los ácidos omega-3--, pero variar a menudo de especie para evitar los efectos nocivos que sobre la salud tienen esos contaminantes.
Los científicos de esta Universidad han medido en un reciente estudio la toxicidad en las 14 especies de peces más consumidas en Cataluña y con los resultados han creado un sistema informático que en breve será accesible a todos los ciudadanos y permitirá conocer la cantidad de pescado y especie que conviene comer, según el peso de la persona y la frecuencia de la ingesta, para no superar límites de toxicidad que afecten a la salud.
Según recuerda el Boletín de Noticias de ECODES, los cardiólogos recomiendan que para evitar el riesgo cardiovascular se ingieran varias raciones semanales de pescado con alto contenido de ácidos omega-3.
Se trata de un buen consejo, "pero sólo si se tiene también en cuenta la presencia de metales pesados, dioxinas y otros tóxicos", asegura el director del estudio y catedrático de Toxicología, Josep Lluís Domingo. "No se puede recomendar alegremente que, por ejemplo, se coma salmón sin límites con la excusa de que tiene ácidos grados, porque resulta que también presenta altas concentraciones de plomo, dioxinas y furanos", agrega.
Cada especie suele tener uno o varios contaminantes presentes. En este caso, el atún ocupa la segunda posición en concentración de mercurio y la tercera en la de compuestos del tipo dioxina y presenta una baja concentración de omega-3. "La conclusión, entonces, es que no hay que abusar del atún", explica el catedrático. Lo mismo ocurre con los salmonetes, que tienen altos niveles de mercurio, hexaclorobenceno y otros --explica-- "aunque en este caso el omega-3 sí es alto".
A su juicio, "no hay que demonizar a ninguna especie", lo importante "es saber lo que comemos y poder elegir, incluso en función de lo que se quiera gastar". Los pescados analizados fueron adquiridos en mercados representativos de Cataluña, donde cualquier consumidor podría comprar, sin valorar su procedencia.
