Los hongos pueden controlar la presencia de carbono en el suelo

Hongos
HOLLEDAY/WIKIMEDA COMMONS
Actualizado: miércoles, 8 enero 2014 19:05

MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -

Cuando los científicos hablan del cambio global, a menudo se centran en la cantidad de carbono en la atmósfera y la vegetación, pero el suelo contiene más carbono que el aire y las plantas, lo que significa que incluso un pequeño cambio en el carbono del suelo podría tener implicaciones importantes para la atmósfera y el clima de la Tierra. Una nueva investigación publicada en 'Nature' apunta a un controlador inesperado del contenido de carbono en el suelo: los hongos.

"Este hallazgo sitúa la biología del suelo en la parte de delante y en el centro del debate sobre los factores que impulsan el almacenamiento de carbono en el suelo", explica el autor principal de la investigación, el experto del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en Washington, Benjamin Turner, que colaboró con científicos de la Universidad de Texas (UT) en Austin y la Universidad Boston, en Estados Unidos.

Estudios previos consideran la degradación del suelo, el clima y la productividad de las plantas como los reguladores más importantes del contenido de carbono del suelo, pero los resultados de este trabajo sugieren que la biología del suelo juega un papel más importante. Algunos tipos de hongos simbióticos pueden conducir un 70 por ciento más de carbono en el suelo, sin embargo, el papel de estos hongos no se considera actualmente en los modelos climáticos globales.

La mayoría de las plantas forman equipo con los hongos, intercambiando el carbono de las plantas por los nutrientes del suelo suministrados por el hongo. Estas relaciones de beneficio mutuo se pueden agrupar en tres categorías principales: micorrizas arbusculares (MA), ectomicorrizas y micorrizas ericoides. La simbiosis MA es más común, ya que ocurre en aproximadamente el 85 por ciento de las familias de plantas, mientras que micorrizas ecto y ericoide (MEE) se producen en unas pocas familias comunes.

Tras un análisis exhaustivo de datos de más de 200 perfiles de suelos de todo el mundo, los autores encontraron que los suelos que apoyan las comunidades vegetales MEE contenían un 70 por ciento más de carbono por unidad de nitrógeno que los suelos que apoyan las comunidades vegetales dominadas por MA. El efecto es significativo a escala global, ya que es independiente de la acumulación de biomasa, la temperatura, la precipitación y el contenido de arcilla del suelo.

La marcada diferencia en los niveles de carbono en el suelo entre los ecosistemas de MA y de MEE se debe a la forma en que los dos tipos de hongos micorrícicos adquieren nutrientes. Los hongos MEE producen enzimas que les permiten acceder a las formas orgánicas de nitrógeno, que no están a disposición de los hongos MA.

Al disminuir el nitrógeno de la materia orgánica del suelo, los hongos MEE limitan la actividad de los microorganismos que descomponen la materia orgánica muerta y devuelven el carbono a la atmósfera. Los ecosistemas MA imponen menos restricciones en el crecimiento de los microbios de carbono que consumen.

"Este estudio muestra que los árboles y los descomponedores están realmente conectados a través de estos hongos micorrícicos y que no se puede predecir con exactitud el futuro del ciclo del carbono sin pensar en cómo los dos grupos interactúan", señala Colin Averill, otro de los autores principal del estudio y actualmente estudiante de posgrado en UT Austin. "Tenemos que pensar en estos sistemas de manera integral", añade.

Turner considera que el estudio proporciona una fuerte evidencia para apoyar una teoría publicada en 2011 por investigadores de Reino Unido y Nueva Zelanda. "Estos hallazgos ayudarán a mejorar los modelos del sistema terrestre y promover el debate sobre el grado en que los microbios del suelo influyen en el ciclo global del carbono", concluye.