El Hospital Quirón reconstruye el rostro de una momia egipcia del siglo II d.C.

Actualizado: martes, 2 marzo 2010 15:30

BARCELONA, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Hospital Quirón de Barcelona ha reconstruido el rostro de una momia egipcia del siglo II d.C., conocida como 'La Dama de Kemet', a través de un TAC Helicoidal y una endoscopia, que ha confirmado así que las momias de la época Fayum solían llevar un retrato del fallecido en la mortaja.

La presentación del descubrimiento, a cargo de los doctores Félix Escalas y Xavier Perich del Hospital Quirón junto con Jordi Clos, presidente del Museo Egipcio de Barcelona, mostraron los avances tecnológicos que utilizaron en el proceso de reconstrucción facial que hasta ahora no se habían empleado para la arqueología, así como los resultados visibles en la momia.

Escalas aseveró la importancia de este proyecto, ya que, gracias a los avances de la ciencia, ahora es posible indagar en la estructura interna de una momia sin tener que abrir la mortaja, "sin invadirla", y destrozar así la composición original. Si bien aún es un terreno delicado, "totalmente virgen", ya que no hay una base teórica y "es muy diferente analizar un tejido salido de quirófano que uno de hace más de 2.000 años".

Por su parte, Perich aseguró que gracias al TAC actual se puede hacer una reconstrucción mucho más completa que en otros procesos anteriores, con una mejor resolución y detalle, que ayudará a investigaciones futuras.

'La Dama de Kemet' llegó el 1998 al Museo Egipcio de Barcelona y, tras una petición de Clos a Escala, que tenía la hipótesis que las momias de la época Fayum eran enterradas con retratos realistas de sus difuntos, empezaron las investigaciones. Se le aplicó un TAC helicoidal para un primer estudio morfológico y anatómico que permitió valorar los rasgos físicos, para más tarde realizar un estudio histológico mediante los huesos. Ahora se le ha vuelto a realizar otro TAC para corroborar la hipótesis inicial.

En el acto se presentó el aspecto final de 'La Dama de Kemet', que guardaba un parecido "innegable" al retrato que le acompañaba, así como las características extraídas de los análisis.

Era una mujer de unos 15 años, rasgos finos pertenecientes al tipo Mediterráneo, 1,60 de altura, constitución esbelta, de buena salud y sin signos de ninguna enfermedad. No obstante, tras los reiterados análisis y los avances tecnológicos, se sigue sin saber la causa de su muerte, si bien Escala aventuró que podría haber sido por un "mal parto".