Identificados los precursores de unas células claves para el desarrollo de terapias inmunes contra el cáncer

Actualizado: lunes, 30 enero 2006 13:34


MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Hospital Mount Sinaí de Nueva York (Estados Unidos) han identificado en la columna vertebral las células precursoras de las células de Langerhans, que constituyen la primera línea de defensa en el sistema inmune. Este descubrimiento podrá abrir la puerta en el futuro al desarrollo de terapias inmunes contra el cáncer y a nuevos tratamientos para los pacientes que sufren una rara enfermedad, la histocitosis de Langerhans. La investigación se publica en la edición digital de la revista 'Nature Immunology'.

Las células de Langerhans están presentes en la piel, a lo largo y ancho del cuerpo humano, y su labor consiste en fagocitar los antígenos presentes en la superficie corporal para transportarlos hasta los nódulos linfáticos, que activan al sistema inmune para proteger al organismo contra los patógenos.

A juicio de la profesora Miriam Merad, principal investigadora del estudio, estas células son "particularmente importantes para el desarrollo de inmunoterapias contra el cáncer". "La mayor parte de las vacunas desarrolladas contra tumores son inyectadas en la piel y acaban en estas células para ser transportadas a los nódulos linfáticos con el fin de forzar una respuesta inmune contra el tumor", explicó.

No obstante, una vez que están transportando al antígeno, estas células de Langerhans necesitan ser reemplazadas en su lugar original para mantener la barrera de protección en la piel. Gracias a este mecanismo los investigadores han podido descubrir que cuando la piel se inflama, las células de Langerhans son sustituidas por células precursoras que circulan por el torrente sanguíneo y han logrado identificar una proteína esencial para su transformación en auténticas células de Langerhans.

Para conseguir su propósito, los científicos tiñeron de fluorescente en ratones a un grupo de células inmunes conocidas como monicitos, y posteriormente siguieron sus movimientos, encontrando que un tipo concreto, el Gr-1, se desplazaba hasta donde estaba la piel inflamada, proliferaba y se convertía en una célula de Langerhans. Asimismo, hallaron que una proteína, el receptor del factor estimulante de colonias celulares Csf-1 era necesaria para la transformación.

A juicio de los investigadores, estos descubrimientos "deberían contribuir a dirigir los esfuerzos conducentes al estímulo de respuestas inmunes en el diseño de las vacunas contra el cáncer y la inmunoterapia, así como a entender mejor la respuesta del organismo frente a los patógenos".

"Ahora que sabemos cuáles son las precursoras de las células de Langerhans y que también conocemos la importancia de la Csf-1, podremos ser capaces de reforzar las vacunas contra el cáncer incrementando el número de precursoras de células Langerhans que se dirigen a la piel", explicó Merad.