Un investigador español demuestra que las aves con cerebros más grandes afrontan mejor los cambios en su hábitat

Actualizado: miércoles, 10 enero 2007 12:58


MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

Las aves con cerebros más grandes afrontan mejor los cambios en su hábitat, según se desprende de un estudio del español Daniel Sol, de la Universidad Autónoma de Barcelona, que muestra que las aves con cerebros más grandes en relación a su tamaño corporal tienen una menor mortalidad que aquellas con cerebros más pequeños. En el estudio, que se publica en la revista 'Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences', participan también científicos de la Universidad de Bath en Reino Unido y la Universidad McGill en Canadá.

Según los científicos, los resultados muestran que los animales con cerebros grandes podrían estar mejor preparados para afrontar retos ambientales como el cambio climático y la destrucción del hábitat. Los resultados se ven a su vez apoyados por otra investigación que ha mostrado que las aves con cerebros grandes tienen más éxito en la colonización de nuevas regiones y sobreviven mejor al cambio de las estaciones.

Los resultados de la investigación proporcionan la primera evidencia de lo que los científicos describen como la hipótesis del "buffer cognitivo", la idea de que tener un cerebro mayor permite a los animales tener conductas más flexibles ante retos ambientales que amenazan su supervivencia. Esta teoría intenta responder por qué evoluciona a tamaños mayores el cerebro de los animales, incluyendo los humanos, dado el coste asociado a su desarrollo y mantenimiento.

Ya en marzo de 2005, Daniel Sol, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales de la Universidad Autónoma de Barcelona, publicó en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) una investigación basada en datos del siglo XIX y XX sobre la introducción de especies de aves en países distintos a los de origen en la que se demostraba que existe una conexión entre el tamaño del cerebro y el éxito de las especies en nuevos entornos.

En el estudio actual, los investigadores compararon el tamaño cerebral, la masa corporal y las tasas de mortalidad de unas 200 especies diferentes de aves de regiones polares, templadas y tropicales. Descubrieron que las aves con cerebros más grandes en proporción a su tamaño corporal sobrevivían mejor en la naturaleza que las aves con cerebros más pequeños. Esto podría explicar por qué, por ejemplo, las aves con tamaños cerebrales relativamente pequeños, como los faisanes, encuentran mayores dificultades para evitar un coche en movimiento que aquellas con cerebros más grandes, como las urracas.

Según Tamas Szekely, de la Universidad de Bath y uno de los coautores de la investigación junto a Daniel Sol, la idea de que los cerebros grandes está asociada con una menor mortalidad nunca se había evaluado científicamente. Szekely señala que las aves se adaptan especialmente bien a este tipo de estudio ya que son uno de los grupos de animales en los que mejor se conoce la relación entre cerebros grandes y una mejor respuesta a los retos ecológicos.