Los Organismos Públicos de Investigación plantean 'fusionarse' administrativamente para ser más eficientes

Una investigadora trabaja en el Laboratorio Regional de Salud Pública de la Comunidad de Madrid
Una investigadora trabaja en el Laboratorio Regional de Salud Pública de la Comunidad de Madrid - Oscar Cañas - Europa Press - Archivo
Publicado: miércoles, 25 septiembre 2019 16:53

Lamentan las dificultades para realizar su trabajo, pero son optimistas porque ven necesaria su labor: "Existe futuro"

MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los Organismos Públicos de Investigación (OPI) han debatido este miércoles sobre su futuro en una jornada celebrada en Madrid en la que han planteado la idea de 'fusionarse' administrativamente para eludir las trabas del sistema científico español, un asunto del que llevan años quejándose y que les impide poder trabajar con eficiencia y rapidez, según denuncian.

Así lo han manifestado los directores de seis de estos centros públicos: el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII); el Instituto Geológico y Minero de España (IGME); el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA); el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT); el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA); y el Instituto Español de Oceanografía (IEO).

Durante la jornada, organizada por la Asociación de Personal Investigador de los Organismos Públicos de Investigación (InvestOPI), los directores de estos centros han denunciado su situación de "colapso" administrativo, para lo cual han aportado propuestas.

Una de las más llamativas ha sido la opción de unificar las tareas de administración de todos los centros para así ver reducida la carga de trabajo en estas materias.

"Podría ser la única vía", ha señalado la directora del INIA, Esther Esteban, que lamenta el "enorme" trabajo que tienen que realizar los OPI para "asumir toda la carga administrativa que conlleva la contratación de personal o la compra de bienes y servicios". Si bien, la 'fusión' gestora podría significar también la "pérdida de individualidad de cada OPI". "Pero eso no significa que a nivel administrativo no podamos utilizar estructuras comunes", ha añadido.

El secretario general del CIEMAT, Julio Cárabe, también se muestra receptivo con esta iniciativa, aunque matiza que habría que "estudiar bien las ventajas", dado que de por sí supondría "un esfuerzo muy fuerte". "Ya cuesta trabajo armonizar los procedimientos en un centro como el CIEMAT, que tiene más de 1.500 personas", ha valorado.

"No espero que esto suceda en un plazo corto por la dificultad intensa", opina Cárabe, que aunque insiste en estar de acuerdo con la idea, afirma que adoptarla requeriría, a su juicio, voluntad tanto de los centros como del propio Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, así como recursos materiales, económicos y tiempo.

También la directora del ISCIII, Raquel Yotti, ve bien que se plantee la unificación administrativa de los OPI, pero si se hace "con precaución" y con un "planteamiento técnico impecable sobre qué impacto tendrá en cada OPI". "Es eficiente centralizar servicios, pero hay que identificar cómo se han de llevar a cabo las acciones", sostiene.

Aunque no se ha manifestado sobre la idea, Ángel Moratilla, uno de los subdirectores del INTA, ha puesto de ejemplo la heterogeneidad de trabajo en gestión del OPI en el que trabaja en comparación con el resto.

Según ha expuesto, el INTA ha funcionado "de cine" con la intervención previa (que para poder ejecutar un gasto tiene que autorizarse primero) porque tenían "respuesta en 24 horas", cuando precisamente su eliminación (y sustitución por un control posterior del gasto) era una de las grandes demandas de los OPI, ya que según denunciaban, podían estar meses esperando a recibir 'luz verde' para poder comprar instrumentos, contratar personas o realizar cualquier otro trámite.

En este sentido, el director del IEO, Eduardo Balguerías, ha lamentado las "fórmulas rocambolescas" para solucionar este tipo de cuestiones, como por ejemplo, poder firmar un convenio con una universidad. "Hay que explicar al interventor muchas cuestiones; es dificilísima la gestión", se queja, y define el proceso de "tortura china".

EJERCICIO DE AUTOCRÍTICA

Pese a las dificultades de gestión del sistema científico, los máximos responsables de cada OPI ven el futuro con optimismo.

El primero que ha tomado la palabra ha sido Cárabe (CIEMAT), quien ha sido el más pesimista de todos al apuntar que España es un país donde hay investigación e investigadores, pero donde "no hay cultura científica" y "las normas no están pensadas para la ciencia". "¿Qué podemos hacer? Pues resolver los problemas como podamos y tratar de influir en la sociedad para que en alguna medida el país evolucione y sea un país donde haya menos peso de la burocracia y más de la creatividad, de la imaginación y del conocimiento".

Esta idea contrasta con lo expuesto por Yotti (ISCIII), que asegura que "sí se pueden hacer cosas". De hecho, ha destacado las medidas aprobadas por el Gobierno mientras estaba en funciones (aunque considera "insuficientes") y ha aplaudido que se haya creado de nuevo un Ministerio para la Ciencia y la I+D+i. "Existe futuro", ha exclamado, aunque para ello tiene que haber, en su opinión, voluntad política.

En la misma línea se ha manifestado Balguerías (IEO), que se muestra "convencido" de que los OPI tienen futuro, dado que son necesarios. Según comenta, aprecia una demanda creciente de su trabajo por parte del Ministerio para la Transición Ecológica, las comunidades autónomas e incluso de instituciones internacionales, además de reclamación por parte de la sociedad civil.

"La ciencia tiene unas especificidades si queremos ser competitivos", advierte Balguerías, que apunta a la necesidad de que Hacienda se convenza de que, para que el sistema científico pueda funcionar, España tiene que "jugar con otras reglas del juego, que son las mismas con las que juegan otros países". "Queremos un ecosistema más amigable en el que desarrollar nuestro trabajo", agrega.

Sin embargo, Moratilla (INTA) ha preferido realizar un ejercicio de "autocrítica" a la hora de buscar 'culpables' de que el sistema sea "perverso". "Somos culpables, pero parcialmente culpables", ha dicho Moratilla, que aboga por modernizar primero los sistemas de gestión internos en los OPI para que éstos sean más eficientes y, así, mejorar el sistema científico en general.