Una vacuna oral evita que ratones desarrollen una enfermedad similar a la de las vacas locas

Actualizado: jueves, 3 mayo 2007 20:30


MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -

Una vacuna oral evita que los ratones que la toman desarrollen una enfermedad cerebral similar a la enfermedad de las vacas locas, según un estudio de la Escuela de Medicina de Nueva York. Las conclusiones del trabajo se han hecho públicas durante la reunión anual de la Academia de Neurología que se celebra estos días en Boston (Estados Unidos).

Las enfermedades de priones, que incluyen el 'scrapie' en las ovejas, la enfermedad de las vacas locas y la enfermedad del desgaste crónico en los alces y ciervos son fatales y aún no existe tratamiento para ellas.

La enfermedad, que causa demencia y movimientos anormales de las extremidades, se extiende cuando un animal se alimenta con partes de otros animales contaminados con priones.

El prión es una proteína que también constituye un agente infeccioso. Las proteínas son tan similares a las naturales del organismo que el sistema inmune no las combate. Para desarrollar una vacuna que estimulara el sistema inmune de los ratones, los investigadores añadieron proteínas priónicas a una cepa transgénica de Salmonella.

Los investigadores vacunaron vía oral a los ratones con una cepa atenuada de Salmonella que expresaba la proteína priónica. Después, los animales fueron divididos en dos grupos, aquellos con los niveles más altos de anticuerpos en su sangre, que por ello respondieron bien a la vacuna, y los que tenían los niveles más bajos de anticuerpos.

Los ratones con altos niveles de anticuerpos no tenían síntomas de la enfermedad después de 400 días. Los ratones con bajos niveles de anticuerpos también tuvieron un retraso significativo en el inicio de la enfermedad. Suelen transcurrir 120 días hasta que los ratones no vacunados desarrollan la enfermedad.

Los investigadores, que se encuentran en la actualidad en proceso de rediseñar la vacuna para utilizarla en ciervos y ganado, indican que todavía será necesario un gran esfuerzo investigador ante de que la vacuna pueda tenerse en cuenta en el caso de los humanos.

Según Thomas Wisniewiski, autor principal del estudio, la versión humana de la enfermedad priónica suele producirse de forma espontánea y sólo en raras ocasiones por comer carne contaminada. "Pero, si por ejemplo, se produjera una epidemia importante de enfermedad de desgaste crónico en ciervos y renos y se transmitiera a humanos, necesitaríamos una vacuna como esta para proteger a las personas en áreas de caza", indica Wisniewiski.

El investigador también señala que una vacuna que disminuya la extensión de las enfermedades priónicas en los animales también reduce la posibilidad de que la enfermedad se pueda infectar a los humanos.